Los Filis de Filadelfia escogieron a Mike Schmidt en la segunda ronda del draft de 1971. La organización nunca se imaginó que elegirían a un futuro miembro del Salón de la Fama, considerado uno de los mejores tercera base de todos los tiempos.
Michael Jack Schmidt nació el 27 de septiembre de 1949 en Dayton, Ohio. Debutó en las mayores el 12 de septiembre de 1972, tras jugar 205 partidos entre AA y AAA y finalizar con promedio de .263, 34 jonrones y 122 carreras empujadas.
Su primera temporada en la gran carpa le dejó muchos sinsabores, al batear .206 con un cuadrangular y 3 remolcadas en 13 partidos.
En la campaña de 1973, Schmidt regresó con la encomienda de ganarse la posición y establecerse en la esquina caliente de los Filis. Conectó 18 cohetazos, pero el average bajó a .196.
Schmidt poseía un poder sobre promedio para su estatura de 6 pies y dos pulgadas, con unas 195 libras. Sin embargo, su frecuencia de ponches era asombrosa, abanicando más de una vez por encuentro.
El dirigente Danny Ozark confió durante la temporada de 1974 en Schmidt, quien participó en la totalidad de los juegos en la serie regular. Obtuvo su primer encabezado en vuelacercas con 36 tetrabases y trajo al plato 116 carreras, elevando su promedio a 282. ¡Ahí comenzó a apreciarse la calidad del señor Mike Schmidt!
La siguiente temporada, Schmidt ya había ganado el respeto y la confianza necesaria para explotar sus condiciones y entrar en la élite de los mejores del negocio. Y así fue, repitió el liderato de bambinazos con 38 estacazos, pero también consiguió su segundo en ponches, al abanicar en 180 ocasiones.
Dominó otra vez en 1976 el encasillado de batazos de cuatro equinas, siendo la primera oportunidad que ayudaba a los Filis a pasar a postemporada. El conjunto fue barrido en tres partidos por Cincinnati. Schmidt bateó 4 inatrapables en 13 oportunidades para promedio de .308.
Luego de concluir la Serie de Campeonato, las Grandes Ligas anunciaron los ganadores del premio Guante de Oro, galardón que obtuvo Schmidt y que reiteró en 8 campañas más en forma consecutiva, además de otro que logró en 1986.
Se caracterizó por hacer ver de forma sencilla rodados que eran incogibles para otros defensores de la posición número cinco. El reflejo para los batazos fortísimos y las jugadas con el guante al revés sólo tenían el nombre de Schmidt.
Primer declive. Luego de disparar más de 30 jonrones durante 4 temporadas en forma consecutiva, Schmidt tuvo una campaña por el suelo, al sólo disparar 21 cuadrangulares y remolcar 78 vueltas. Se armó una nube de especulaciones por que participó en 145 partidos y estuvo aquejado de salud.
Sin embargo, los Filis pasaron a postemporada y volvieron a caer ante los Dodgers. Al final de los playoffs tomaron más fuerzas los comentarios negativos, ya que Schmidt conectó 3 hits en 18 apariciones al plato para promedio de .200.
Resucitó como lo hacen los grandes. La temporada de 1979 fue una panacea para Schmidt, que debía demostrar que la campaña anterior era simple casualidad.
Schmidt retornó en grande, al despachar 45 tetrabases y remolcar 121 carreras. Aunque no ganó los encabezados de jonrones y empujadas, probó que a sus 30 años tenía mucho que aportar a los Filis de Filadelfia.
Para 1980, logró su primer MVP, liderando los departamentos de vuelacercas, remolcadas y porcentaje de slugging.
Comparación
La organización de los Filis de Filadelfia ha tenido grandes jugadores en la historia del juego.
Sin embargo, tiene dos peloteros en la actualidad que hay que observarlo bien de cerca: Ryan Howard y Chase Utley.
Ninguno posee la hermética defensa que mantuvo Schmidt durante su carrera de 22 temporadas, pero son dos bateadores que pueden conectar la bola con poder.
Howard suma 245 jonrones en casi 7 campañas, mientras que Utley totaliza 172 batazos de cuatro esquinas.
Schmidt terminó con 548 tetrabases con el conjunto de Filadelfia, lo que pondría a prueba la consistencia en el poder y la durabilidad en la franquicia.
Las cifras
48 jonrones. Schmidt tuvo su mayor total de cuadrangulares en la temporada de 1980, disparando 48 vuelacercas y conquistando su primer MVP.
160 hits. Schmidt nunca pasó de 160 incogibles en una temporada.
1,507 bases por bolas. Lideró en 4 ocasiones ese renglón.
Final de su majestuosa carrera
Luego de conectar más de 30 cuadrangulares por 13 campañas, Mike Schmidt comenzó a sentir el peso de la edad sobre sus hombros.
A sus 38 años, comenzó a sufrir los achaques de todo jugador que va entrando a la postrimería de su carrera.
En 1988, Schmidt sólo pudo jugar 108 encuentros, bateando 12 jonrones, su peor cantidad desde la llegada a las mayores.
Sin embargo, el antesalista entendió que podía continuar en el terreno de juego y regresó en la temporada de 1989 para anunciar el retiro el 28 de mayo de ese mismo año. Antes de partir, participó en 42 partidos y bateó .203 con 6 batazos de cuatro esquina y 28 carreras empujadas.
Para muchos analistas de la época, se perdía quizás el mejor tercera base que había pisado un terreno de las Grandes Ligas.
Schmidt hizo todo lo que un jugador puede soñar: ser Jugador Más valioso de una Serie Mundial, producir más jonrones que cualquier otro durante un determinado lapso de tiempo, además de conquistar el amor de los fanáticos.
Schmidt permaneció toda su carrera con los Filis de Filadelfia, equipo con el cual ganó unos 17 millones de dólares durante 22 estaciones.
Habría que esperar que otro jugador natural de la posición número 5 supere las estadísticas Michael Jack Schmidt.