BERLIN (AFP).- La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice aseguró el viernes a los europeos, que en breve reanudarán su diálogo con Teherán, que atacar a Irán «no está en la agenda» de su país en estos momentos.

En Berlín, su segunda etapa europea después de Londres, Rice pidió «unidad en el mensaje» y «unidad en el objetivo» al referirse a las presiones de europeos y norteamericanos para impedir que Irán obtenga armamento nuclear.

Rice insistió antes en Londres en que Estados Unidos piensa «utilizar plenamente los recursos diplomáticos» y en Berlín volvió a manifestar su preocupación por las intenciones de Irán.

«Los iraníes no han demostrado hasta el momento que estén dispuestos a cumpir sus obligaciones internacionales. Es preocupante, no sólo para Estados Unidos, puesto que la AIEA (Agencia Internacional para la Energía Atómica) y colegas de todo el mundo han manifestado esta inquietud», dijo.

El canciller alemán Gerhard Schroeder, en una conferencia de prensa conjunta, reconoció el derecho de Irán a «hacer un uso civil y pacífico de la energía nuclear» pero afirmó que no debe conseguir la bomba atómica, por lo que los europeos buscan «una solución diplomática y política».

«Confío realmente en que los iraníes aprovechen las oportunidades que se les presentan», dijo Rice, refiriéndose a la iniciativa diplomática de Alemania, Francia y Gran Bretaña para alcanzar una solución política a la cuestión del programa nuclear de Irán.

«La diplomacia puede funcionar si hay unidad en el objetivo y unidad en el mensaje de cara a los iraníes», insistió.

Mientras en Londres eludió una pregunta sobre el apoyo de Estados Unidos a un cambio de régimen, un responsable estadounidense en el anonimato fue más directo, afirmando que Washington respalda a la oposición iraní que lucha por un cambio.

Schroeder consideró que los esfuerzos estadounidenses para apoyar a la oposición «no tienen ningún efecto negativo» en las iniciativas europeas en el ámbito nuclear y que el «corazón» del presidente George W. Bush está al lado de los demócratas, sea cual sea el país.

La cuestión de Irán, la estabilización de Irak y las perspectivas de paz en Oriente Medio centraron las entrevistas que mantuvo Rice tanto en Londres como en Berlín.

Ante la prensa, Rice y Schroeder mostraron la distensión de las relaciones entre Estados Unidos y Alemania y se felicitaron por el próximo viaje de Bush a Maguncia (oeste de Alemania). Esa visita, el 23 de febrero, probablemente sirva «para abrir un nuevo capítulo» en sus relaciones, dijo.

En cuanto a Irak, el tono fue mucho más distendido que en 2003 y 2004.

Rice agradeció a Alemania su deseo de «profundizar y continuar su ayuda a los iraquíes» mientras el canciller ofrecía incrementar la contribución alemana en el ámbito civil, al tiempo que rechazaba una vez más el envío de tropas a Irak.

Rice agradeció a Berlín su colaboración en Afganistán y Schroeder afirmó que Alemania «no tiene intención de cambiar nada» en su compromiso con aquel país.