RAMALA, Cisjordania,  (AFP) – La nueva gira por Oriente Medio de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, reveló ayer la brecha existente entre las expectativas de los palestinos y los objetivos de Estados Unidos a dos meses de una reunión internacional de paz.  

Durante una rueda de prensa común en Ramalá, en Cisjordania, el contraste entre el discurso del presidente palestino Mahmud Abas y la jefa de la diplomacia estadounidense fue palpable.

 Abas enumeró los temas que esperaba que fueran abordados durante esta reunión internacional, como la definición de las fronteras de un futuro Estado palestinos, el estatuto de Jerusalén, la situación de los refugiados y la colonización israelí.

 La reunión «debe significar el lanzamiento de negociaciones serias, que desemboquen en el fin de la ocupación israelí de nuestra tierra y de las tierras árabes que empezó en 1967», dijo Abas.

 Rice fue mucho más prudente, diciendo que «hay que hacer avanzar el proceso, elaborar un documento que siente las bases de serias negociaciones para la creación de un Estado palestino lo más rápidamente posible».

 El día anterior Rice mantuvo entrevistas con varios dirigentes israelíes.  Aunque su entorno afirmó que se produjeron «progresos», la jefa de la diplomacia israelí, Tzipi Livni, advirtió que los negociadores israelíes y palestinos debían «llenar la brecha sobre ciertas cuestiones muy sensibles».

 Mientras que Rice se mostró muy cauta sobre la fecha de la reunión internacional anunciada en julio por el presidente estadounidense George W. Bush, Abas indicó que estaba prevista para mediados de noviembre.  Además, Rice no aclaró qué países ni organizaciones iba a invitar su país a la cita. Abas no dejó de lamentar esas «ambigüedades» sobre la conferencia, y aseguró que países árabes como Arabia Saudita podrían participar sólo cuando hayan sido levantadas.