Richard Gere toma clases de baile

Richard Gere toma clases de baile

POR PAVEL LEREBOURS
Richard Gere protagoniza junto a Jennifer López el filme ‘¿Bailamos?’, una comedia romántica que se estrena este jueves. ‘¿Bailamos?’ es un remake de un filme japonés del mismo nombre y donde el actor interpreta a un abogado adicto al trabajo que ve languidecer su vida, a pesar de estar enamorado de su mujer (Susan Sarandon).

Pero todo cambia cuando ve desde el metro que toma para ir a su casa, una academia de baile en que una bella mujer (Jennifer López) se asoma a la ventana. Entonces decide tomar clases para poder conocerla.

EL ACTOR

Nacido en Syracusa, Nueva York, en 1949, Richard Gere fue el segundo de los cinco hijos de una familia metodista. Su padre era un agente de seguros que le enseñó a tocar la trompeta, la guitarra, el banjo y el sitar. Mal estudiante y buen gimnasta, consiguió como tal una beca para estudiar filosofía en la Universidad de Massachusetts. Allí empezó a actuar con compañías locales y a tocar en grupos de corta vida.

A finales de los sesenta, en plena época hippy, se trasladó a Greenwich Village, en Nueva York. Actuó en la ópera rock Soon y en el montaje londinense del musical Grease. El cine no tardaría en fijarse en él. Después de algunos trabajos en televisión, fue seleccionado por Richard Brooks y Diane Keaton para el papel de uno de los varios amantes de la protagonista en ‘Buscando al Sr. Goodbar’. Fue una revelación instantánea. Paul Newman y Robert Redford habían superado la barrera de los cuarenta y Hollywood empezaba a necesitar jóvenes sex symbols para satisfacer la demanda de una nueva generación. Entonces surgió Gere y, poco después, su más directo rival, John Travolta.

SU AMBIGÜEDAD

La clave del éxito del actor fue el componente erótico, teñido de ambigüedad inquietante y próxima a la bisexualidad de sus interpretaciones. En 1980, ‘American Gigoló’ sirvió para fijar una imagen de Gere que sucesivas películas explotarían hasta la náusea, y que acabaría por ser, en parte, la causante de su crisis profesional. Si en el filme de Paul Schrader tenía un desnudo frontal, en ‘Sin aliento’, la cámara recorría su cuerpo en unas escenas de ducha como nunca lo hizo antes con ningún actor. Y es que el protagonista de ‘Oficial y caballero’ demostraba a cada título una tendencia obsesiva a desnudarse.

Su gusto por exhibirse generó el rumor de que imponía por contrato quitarse la ropa en cada nuevo trabajo. Gere recibía a la prensa en calzoncillos, enseñaba parte de sus nalgas a los que le importunaban y llegó a orinar en una calle de Nueva York, ante la mirada atónita de un grupo de periodistas. De sobras es conocida una anécdota de su época más salvaje, cuando una entrevistadora de la revista Ladies Home Journal le preguntó directamente si era gay. Gere respondió a la pregunta bajándose los pantalones y su prenda más íntima y diciéndole: «Sírvase comprobarlo usted misma».

Es considerado como uno de los actores más atractivos de Hollywood tanto en el plano profesional como en otros relacionados con sus creencias budistas y ecologistas. La ruptura con Cindy Crawford en 1994 y su posterior unión con la actriz británica Carey Lowell, madre de su único hijo, acabaron con la imagen de chico malo narcisista. Richard Gere es ahora la estrella mística que cuela mensajes en sus películas, un cincuentón encantado de conocerse, que no duda en repetir una y otra vez su eterno papel de playboy maduro.

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