Riesgo sistémico

Riesgo sistémico

JOSÉ LOIS MALKUN
Hay tres preguntas que mucha gente me hace sobre este asunto. Una de ellas es ¿Qué es el Riesgo Sistémico? La otra es ¿cómo se puede determinar si había o no riesgo sistémico cuando se produjo la crisis bancaria del 2003? Y por último ¿por qué no hay consenso sobre esta materia, especialmente cuando las actuales autoridades de este Gobierno se niegan a aceptar esa realidad?

Para responder la primera pregunta, tome una caja de dominós y coloque las fichas paradas en fila, una frente a la otra, separadas por media pulgada. Golpee la primera ficha de la fila y verá que las demás caen  una tras otra hasta el final. Si usted aplique el mismo principio a un banco que colapsa y que por su tamaño, puede llevarse a los demás bancos, entonces hablamos de riesgo sistémico.

La segunda pregunta, sobre si había Riesgo sistémico en el sistema financiero dominicano, es más compleja. El Riesgo sistémico en la banca dominicana durante la crisis del 2003 no la determinaron solo las autoridades, sino también lo hizo el FMI. ¿Y saben porqué todos coincidieron en que había ese riesgo? Porque cuando colapsó el primer banco, que fue Baninter, había tres bancos más en línea que ya mostraban serios problemas de liquidez y solvencia, y que posteriormente colapsaron. Esos bancos juntos captaban el 70% de los ahorros del público (excluyendo el Reservas), con cerca de un millón de ahorrantes.

  Pero eso lo reconfirmamos con más fuerza meses después, cuando las Auditorías Asistidas, realizadas por 60 auditores externos seleccionados por el FMI, mostraron que la mayoría de la banca estaba en una profunda crisis de solvencia. Esas auditorías, que son secretos de Estado, pero que algún día deberán conocerse públicamente, pusieron en evidencia que había riesgos sistémicos en un 95% del sistema financiero cuando colapsó el primer banco. Porque las fichas caen sin seleccionar cuál banco es bueno y cuál banco es malo.



 

Y la mejor prueba de que no había error posible en esa apreciación, es que después de Baninter, y aun con todo el esfuerzo desplegado por las anteriores y actuales autoridades para  sanear la banca comercial, esos otros bancos finalmente colapsaron. 

¿Y quiénes eran los ahorrantes en esos bancos? Casi todas las asociaciones de ahorros y préstamos, que también hubieran colapsado.  Los fondos de pensiones de cientos de miles de trabajadores que hubieran desaparecido. Igualmente el dinero de miles de ONG, Iglesias, Fundaciones y organizaciones internacionales sin fines de lucro, que se hubieran esfumado. Había depósitos millonarios de empresas turísticas cuyos inversionistas eran mayormente extranjeros, por lo que  famosos proyectos turísticos hoy no existirían. Por su parte, miles de empresas y negocios hubieran quebrado. Las compañías de seguros hubieran dejado de existir. El incumplimiento de pago con la banca internacional hubiera cerrado el flujo de recursos al país, afectando a todos los bancos y pulverizando el sistema de pagos. En fin, el Gobierno también hubiera colapsado. Y de ahí en adelante nadie sabe lo que hubiera pasado.


Pero es muy bueno hablar pendejadas, después que todo pasó. De hacer suposiciones ridículas e irresponsables cuando no hubo muertos ni heridos, ni negocios asaltados. Cuando la gobernabilidad sobrevivió, aunque algunos políticos desaprensivos apostaron a la caída del Gobierno, sin medir sus consecuencias.

La última pregunta sobre el porqué las actuales autoridades son renuentes a reconocer esa realidad, es la más simple de todas. La respuesta es, porque han politizado la crisis, como se hace con todo en este país. Este Gobierno no permite que ningún funcionario diga que fue el fraude bancario el causante de esa crisis. Ni que había Riesgo sistémico para  justificar la devolución de los ahorros al público. Todo fue una conspiración del Gobierno pasado en perjuicio de unos banqueros serios y honestos.  Y estén seguros que hoy, si no fuera por la presión internacional, todo se hubiera olvidado y esos banqueros hubieran recuperado sus territorios perdidos para seguir haciendo lo mismo. Porque hay quienes sueñan con esa época dorada.  

Publicaciones Relacionadas

Más leídas