Riesgos con una Rusia que habla de acabar el mundo. Con su retórica anti occidental llena de odio y de propósitos de chantaje con amenazas de provocar una destrucción planetaria total por la vía nuclear, Vladimir Putin se pronuncia como si estuviera en posesión absoluta del derecho a decidir, apretando un botón, el destino final de la humanidad borrándola de mapas.
El mundo se ha puesto en pie en una asamblea general de las Naciones Unidas en votación de rechazo sin precedentes alarmado por los presagios de que todo acabaría eventualmente para los habitantes del planeta por un conflicto con invasión arrasadora de Ucrania causado por la ex Unión Soviética enemiga de los órdenes políticos y sociales que rigen a la mayoría de otros países.
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Nadie sabría fuera del Kremlin, y a ciencia cierta, si el absolutismo de Moscú, asiduo en mandar a matar a sus enemigos en cualquier latitud externa, sería capaz de llegar a tanto o si el ofensivo hablar del emperador Vlad es solo para colocar bajo pánico y en retroceso a sus adversarios.
En lo que se procura que el totalitarismo euroasiático reduzca su agresividad que supuestamente llevaría, en un acto de locura, a la hora cero a su propia existencia y la de los demás, los dominicanos deben continuar sumados al consenso internacional que condena la masacre que un súper poder lleva a cabo contra un pueblo vecino. Una hermandad de nacionalidades le dice no a las acciones imperiales que brutalmente son ordenadas desde orillas del río Volga pretendiendo aterrorizar los continentes.