Estamos justos en el momento en que deseamos felicidades y un “venturoso Año Nuevo” a familiares y amigos. Ojala que, efectivamente, el Nuevo Año nos traiga tranquilidad y progreso aunque, lamentablemente, en el horizonte se perciben posibles nubarrones que bien pudieran hacer naufragar los buenos augurios. Los organismos globales, liderados por el FMI, vienen advirtiendo sobre la presencia de riesgos y peligros con el potencial de descarrilar la economía mundial y el mayor peligro proviene de la oleada proteccionista por la guerra comercial entre EE.UU. y China aunque para el presidente Trump las guerras comerciales pueden ser buenas (¿?).
Sin dudas se presencia un buen momento a diez años de la brutal crisis que explotó en 2008 y duró por varios años: buen crecimiento económico, desempleo mínimo en varias economías desarrolladas, resurgimiento de la actividad prestamista, auge de la inversión y las bolsas alcanzando niveles records. Sin embargo, los entendidos no pueden dejar de hablar y preocuparse por la eventualidad de una próxima crisis – que, aunque es la forma natural de funcionamiento de la economía capitalista, de ello, normalmente, se olvidan en el periodo de auge -. El análisis que recientemente presentó el FMI, “Perspectivas Económicas Mundiales”, expone un paralelo entre la situación previa a la crisis del 2008 y el panorama actual. Antes de aquella crisis la deuda pública global era del 36% y ahora del 52% del PIB. Las economías emergentes representan en estos momentos un 60% del PIB global pero antes de la última crisis solo significaban un 44% lo que significa que en verdad aun es “débil” la recuperación de los desarrollados. El crecimiento global ha sido de 3.7% en 2017 y 2018 y se prevé vuelva a ser igual en 2019 pero en la zona euro del 2.4 en 2017 baja a 2.0 en 2018 y a 1.9% en 2019. En EEUU del 2.2 en 2017 sube a 2.9 en 2018 pero desciende a 2.5% en 2019. Las economías asiáticas creciendo 6.5 del 2016 al 2018 bajan a 6.3% en 2019, nivel comoquiera envidiable. América Latina de un 1.3 en 2017 cae a 1.2 en 2018 pero se espera que suba a 2.2% en 2019.
La mayor amenaza es el enfrentamiento EEUU – China y aunque Trump acaba de decir que hay buenas perspectivas de un arreglo, lo cual ha dicho varias veces, no se puede olvidar que el choque de ambas potencias es más que comercial estratégico. La nueva declaración del presidente puede ir dirigida a dar tranquilidad a los mercados con las bolsas subiendo y bajando con frenesí en los últimos días. Aunque algunos economistas no están muy seguros de que en verdad haya amenaza de crisis, siempre se recuerda que en economía no hay dudas de que todo lo que sube, más temprano que tarde, tiene que bajar.
La directora general del FMI ha advertido no caer en “amnesia colectiva” y ha planteado tres preguntas: “¿Es la economía lo suficientemente fuerte? ¿Es lo suficientemente segura? ¿Y se han repartido suficientemente los beneficios de estos años de crecimiento?” a las tres respondió: NO.