RINCÓN POÉTICO

RINCÓN POÉTICO

El mes en que volaron las palomas
Fernando Casado

Nadie me dijo de tu boca pequeña…
ni la gota de luna que posara en el tiempo el verde de tus ojos…
nadie rimó los versos escondidos en tu vientre intocado,
el olor de su cáscara y el zumo joven de la fruta madura…
en tu carne olorosa, sin pecados ni estrenos…
durmieron los silencios de una gran sinfonía…

Nadie me habló del pez enamorado dormido entre tus labios
a la orilla escondida del pétalo intranquilo y la sonrisa ansiosa,
ni del beso aguardado mojado de silencio,
ni la palabra alada susurrando un suspiro que escapa irrepetible
como niebla de nube reflejada en la prisa del rio…

Desconocía el idioma sublime de tus manos sin rutas…
sus caminos sin huellas… su ternura olvidada….
quemándose en la fiebre de la piel de sus salmos…
su roce de plegaria de tibieza nocturna…
las nubes en que vuela la oración solitaria…
la fuerza de la almendra que late entre tus carnes con rabia de huracán…
el ego de tus senos avaros de ternura silvestre crecida en tus descuidos…
intocados al tiempo y a la llama escondida del deseo…

Ignoraba que el humo de sus cantos
encontrara su herencia en la gracia de un verso…
y renaciera ajeno el polen de la luz…
que brotaran claveles en tu tarro de olvidos…
y en tu balcón de lunas corretearan las rimas
donde plantar la risa de las nubes ajenas,
la lluvia serpentina de tus hojas de tiempos sin otoño…
con su vibrar callado…
sus abismos…
las páginas de un libro que se borró al final
y te dejó los pechos cargados de palomas…

Aprendieron conmigo el vuelo de las garzas alegres en otoño de amantes…
sus racimos de azúcar y la fruta en la brisa madura de ternuras…
fraguaron en su queja las palabras dispersas de una tarde inconclusa,
cuando quedaste sola… abismalmente sola… la mirada perdida…
Tus sonrisas volvieron cuando posé en tu oído mis campanas calladas…
y tu cuerpo reestrenó como una carcajada
los colores alegres del verso de la vida.

Nadie podrá callar el rumor de la noche
cuando llueven los pétalos en tu alcoba en penumbra…
nadie podrá impedir que tu oleaje desnudo me reciba sin prisas…
el corpiño de virgen… abrasando el deseo…
y tu respuesta adulta quemando los recuerdos
para escribir la nueva historia.

Te prometo encontrarte en las cosas sencillas…
sembrarme en el camino para crecer contigo entre las flores…
inventarme en tus noches para que me descubras cuando sueñes mi ausencia…
y detendré las horas y los días…
para que sea más larga la alegría…
cuando cada porción del tiempo ido
se quede en la mitad del mes de marzo…
el mes en que volaron las palomas…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas