Rindamos tributo eterno al Dr. Amiro Pérez, por erradicar el polio del país

Rindamos tributo eterno al Dr. Amiro Pérez, por erradicar el polio del país

Ha fallecido el Patriota y Maestro de la medicina dominicana, Dr. Amiro Pérez Mera. Luchador por la libertad y la democracia de este país desde muy joven. Sufrió la persecución, detención, tortura y encarcelamiento en la tiranía trujillista, al ser develado el Movimiento Clandestino Catorce de Junio, y que nunca renegó de sus ideales para que la sociedad dominicana viviera en democracia y libertad.

Especializado en Salud Pública,  este epidemiólogo ejemplar, ocupó los cargos académicos como profesor titular de la cátedra de Salud Pública; de Medicina Preventiva y de Biología en la UASD.

Fundó y dirigió la Escuela de Salud Pública de la misma universidad, y fue director de la Escuela de Medicina. Luego, ocupó el puesto de Decano de Ciencias de la Salud de INTEC.

Amiro, como cariñosamente les decíamos sus discípulos, también tuvo una trayectoria como profesional de la salud en todos los órdenes: en lo gremial, Secretario General de la Asociación Médica Dominicana. En lo científico, dejó más de 20 publicaciones difundidas nacional e internacionalmente. Conferencista invitado en las prestigiosas universidades de John Hopkins, Harvard, Takemi Lectures, Universidad de Carolina del Sur y Universidad de Texas, Estados Unidos, entre otras.

Sin embargo, el hito histórico nacional fue siendo Secretario de Estado de Salud Pública durante los años 1982-1986. A mi entender ha sido el único Secretario de Estado de Salud que ha cumplido a cabalidad el programa prometido y no solo eso, sino que programó la erradicación del virus salvaje del polio y el establecimiento definitivo de un programa nacional de vacunación, en que luego de establecerlo, nadie ha podido descuidarlo.

En relación al diseño que realizó para iniciar las campañas masivas de vacunación para la erradicación del polio y disminuir otras enfermedades prevenibles por vacunas, le solicitó apoyo al Dr. Albert Sabin, creador de la vacuna oral contra la polio. Éste, después de escucharlo exponer sus planes le dijo, cito: “Dr. Pérez Mera, lo que usted expone sólo es posible hacerlo en Suiza, u otros países ricos del primer mundo desarrollado, o bajo regímenes militares dictatoriales o regímenes comunistas no democráticos”.

Amiro, cuya terquedad era reconocida por familiares y amigos, siguió adelante con su proyecto y los “quinta columnas” que siempre hay dentro de las filas y en las organizaciones internacionales, que no aceptan que los funcionarios piensen diferente a ellos, se comunicaron nuevamente con el Dr. Sabin, pidiéndole que viniera al país para hacerlo desistir de esa “locura” según ellos.

El Dr. Albert Sabin llega al país y se entrevista en la tarde con el Dr. Pérez Mera en la Secretaría de Salud para hacerlo desistir. Amiro le abre un mapa del país y le dice, cito: “Dr. Sabin, señale un punto del territorio donde usted quiera ir mañana bien temprano y pregúntele a los vacunadores del lugar, e inspeccione los materiales existentes y si nota que hay fallos para que la vacunación masiva no pueda producirse, le prometo que la detengo”.

Sabin cerró los ojos y con ellos cerrados, señaló un punto del mapa que recayó en un municipio de Azua. Al día siguiente pudo constatar que todo estaba correcto. Aceptó la vacunación y se fue del país.

Una vez finalizada todas las campañas, recibió estas notas del Dr. Sabin, cito: “Amiro, yo creía que ustedes no lo iban a hacer. Pero lo hicieron, mis felicitaciones”.

Amiro y el país recibieron el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud por tal hazaña y más aún, esta modalidad está siendo utilizada por la OMS para la erradicación del polio y otras enfermedades.

Por eso, y más, que no cabrían en este artículo, rendimos un tributo eterno a Amiro.

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