Rinden culto a la Virgen de la Altagracia; Presidente viaja a Higüey

Rinden culto a la Virgen de la Altagracia; Presidente viaja a Higüey

Al celebrarse hoy el día de Nuestra Señora de la Altagracia, madre espiritual de los dominicanos, miles de personas se desplazan hacia Higüey, San José de Ocoa, Villa Altagracia, Pedernales y otros lugares del país para asistir a las ceremonias católicas en su honor.

El presidente Hipólito Mejía y gran parte de su gabinete viajará a Higüey en las primeras horas de la mañana para asistir a la misa en la Basílica, el lugar de mayor concentración y veneración de la protectora del pueblo dominicano.

El día 21 de enero de 1691 la tradición registra la determinante protección de la Santísima Virgen en la célebre batalla de Sabana Real o la Limonade, entre españoles y franceses, los primeros dirigidos por Francisco Sandoval y Castilla y los segundos por Antonio Miniel.

En el triunfo tuvieron éxito los lanceros de El Seibo y de Higüey

que con arrojo determinaron el triunfo de las armas españolas. De acuerdo con el historiador Vetilio Alfau Durán, en ese momento se utilizó por primera vez el machete como arma de combate.

Según cuenta la tradición, los orientales invocaron la protección de la Virgen en pleno fragor de la batalla, y como gratitud eterna determinaron celebrar todos los años en esta fecha el aniversario de la misma.

Como pieza testimonial del triunfo, los higüeyanos y seibanos depositaron junto al altar de la Santísima Virgen el machete del anónimo soldado que cercenó la cabeza del gobernador francés Cussy, que tenía el mando de las fuerzas enemigas. No obstante, la importante reliquia desapareció de su lugar en la época de la dominación haitiana.

[b]CORONACION DE LA VIRGEN[/b]

La coronación de Nuestra Señora de la Altagracia se realizó la tarde del día 15 de agosto de 1922 en el Baluarte 27 de Febrero, la cual constituyó el evento religioso más trascendental del siglo XX.

Para lograr ese propósito, el entonces arzobispo de Santo Domingo, monseñor Alejandro Adolfo Nouel, solicitó el permiso correspondiente para realizarla al Papa Benedicto XV. El pontífice, además de concederlo otorgó a la Catedral Primada de Santo Domingo el título de Basílica Menor.

Para el acto de coronación se trasladó la imagen de la Virgen que se encontraba en Higüey a Santo Domingo, depositada en la Catedral Primada, para luego ser coronada en el Baluarte 27 de Febrero luego de una solemne procesión.

Para encabezar los actos de coronación, el Papa designó como su representante a monseñor Sebastián Leite de Vasconcellos, arzobispo titular de Damietta, conde romano, figura eminente del episcopado portugués.

El pueblo dominicano pudo ver la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia en una hermosa carroza, enmarcada en oro y adornada en piedras preciosas. La confección del marco, la corona y los ángeles fueron hechos en el taller de orfebrería del señor José Oliva, con la modelación del gran artista dominicano Abelardo Rodríguez Urdaneta.

[b]CONSTRUCCION DE LA BASILICA[/b]

La idea de construir la Basílica Menor de Santa María Virgen de la Altagracia fue lanzada el 20 de octubre de 1943. En ese entonces Monseñor Eliseo Pérez Sánchez, responsable de la idea, expresó lo siguiente: «Queda, pues, lanzada la idea, la que esperamos que, como buena simiente, caiga en fértil terreno de la ciudad cristiana, mil veces comprobada del pueblo dominicano y que germine pronto y se convierta en prolíficos racimos de realidades».

Se recuerda que en el año 1953 Braudilio Garrido donó 37,500 metros cuadrados de terreno donde está ubicado el templo en febrero de 1954.

Para su construcción se captó una inversión de cinco millones de pesos, el Estado dominicano aportó cuatro millones y la Junta Colectora Nacional compuesta en ese entonces por Eliseo Pérez Sánchez, Luis Julián Pérez, Julio Ernesto de la Rocha, Luis María Heredia Contín, Efraín Reyes Duluc y Angel de la Huerga reunieron la suma restante entre los devotos cristianos.

Fue celebrado un concurso internacional para la construcción, resultando ganadores los arquitectos franceses Jacques Duyoner de Segonzac y Pierre Dupré. Mediante ley 32 del 12 de octubre de 1971 el templo de Nuestra Señora de la Altagracia fue declarado Monumento Nacional y a solicitud del obispo Juan Félix Pepén se elevó a Basílica Menor.

El entonces Presidente Balaguer el 21 de enero de 1971, inauguró la Basílica con la presencia del cardenal José Humberto Quintero de Venezuela en representación del Papa Pablo VI.

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