El artista criollo estrenó el sábado la premiación Gloria Nacional de la Música Popular, de la Secretaría de Cultura
POR SUSANA VERAS
SANTIAGO .- Los jardines del Gran Teatro del Cibao sirvieron de escenario el sábado a una selección de artistas, intérpretes e instrumentistas del son y la salsa que lucieron su arte en un un emotivo homenaje a Johnny Pacheco.
El fundador de la Fania All Star fue declarado Gloria de la Música Popular Dominicana, en el marco del concierto central del Segundo Congreso de Música, Identidad y Cultura que se celebró durante este fin de semana en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
La actriz y presentadora de televisión Nasla Bogaert sirvió de animadora de este montaje titulado Caribe: Son y Salsa que contó con la producción general de Tommy García, un evento sencillo, pero con muy buenos recursos técnicos, efectos de sonido y luces. A partir de este momento todo cambió, la historia fue diferente y una banda todos estrellas integrada por artistas y músicos dominicanos y el virtuoso tresero cubano Pancho Amat, el mejor tocador de tres del mundo. Dirigidos por Juan Francisco Ordóñez tocaron y gozaron en un tributo musical a los más grandes de todos los tiempos.
Sonia Silvestre y Víctor Víctor dieron inicio al concierto que recordó a Miguel Matamoros, Los Compadres, Compay Segundo, María Teresa Vera, Piro Valerio, Ignacio Pineyro, Benny Moré, Alberto Bertrán, Ismael Rivera, Rubén Blades, Héctor Lavoe y Celia Cruz.
Temas musicales como Echale salsita, Lágrimas negras , Cahita, De donde son los cantantes, entre otros, empezaron a pasearse por el escenario que tuvo mucho más sabor con el artista Bartolito y la canción Baja y Tapa la Olla, de Los Compadres, donde además se vieron los pasos y chapoteos de varias parejas de jóvenes y más adultos pertenecientes al Club Nacional de Bailadores Soneros, quienes mostraron su destreza y versatilidad al momento de bailar el son.
Luego llegó al escenario uno de los más esperados y aplaudidos de la noche, el legendario brujo mayor Cuco Valoy, quien cantó, gozó y bailó con las notas casi dibujadas de Amat que despertaron un sentido galardón del público, dentro de los que se encontraban los clásicos bailadores Chencha y Bonyé, y el sonero Luis Peralta, símbolos del baile del son, con sus mejores galas, zapatos marrones y blancos, boinas y sombreros, gafas negras y ropa negra, y las damas con sus mejores atuendos, brillos y lentejuelas en muchos de los casos.
Vestido de blanco desde arriba hasta abajo, Valoy entonó Sarandonga, Me Enamoré, Macusa y su bandera musical la salsa Juliana, tema que dedicó a su hermano, el padre de la salsa y del Guaguancó, Johnny Pacheco.
En este reconocimiento no podían faltar temas del jíbaro insigne, el puertorriqueño Rafael Hernández y sus famosos Lamento Borincano y Cachita tal aborotá, así como del santiaguero Piro Valerio y sus Mangos Bajitos
Si algo le faltaba a la noche mágica del son y la salsa, subió al escenario uno de los mejores pianistas del mundo, el hijo de don Bebo Valdez, Chucho Valdez, quien con tan sólo una interpretación a piano demostró porqué ostenta su título, su gracia, don de gente e inigualable forma de tocar su teclado le brota por doquier.
Los artistas Milciades Guerrero y Henry García, recordaron muy dignamente a Ismael Miranda y Héctor Lavoe con las canciones Las caras lindas, Yo soy el cantante y Guanguancó. Luego uno de los mejores momentos de la noche con la actuación de Ileana Reynoso en reconocimiento a la cumbanchera Celia Cruz.
En la parte final el Secretario de Cultura, Jose Rafael Lantigua, el director general del Centro León, Rafael Emilio Yunén, y el director del Instituto de Estudios Caribeños Darío Tejeda, principales organizadores del congreso, entregaron una placa de reconocimiento a Johnny Pacheco, quien al mismo tiempo estrena la Premiación Gloria Nacional de la Música Popular.
Visiblemente emocionado, Pacheco dijo no merecer tanto y declaró a Santiago como la capital de la salsa en la República Dominicana.
He estado en muchos escenarios y no me lo van a creer, estoy muy nervioso, feliz y emocionado por este reconocimiento, aquí en mi casa. Dijo el artista que tomó el mando y la batuta de la big banda que dirigió toda la noche de manera magistral el maestro Crispín Fernández, para improvisar, tocar su fiel y genuina acompañante, su flauta, corear con el público y tirar hasta sus pasitos como en sus mejores tiempos.