RÍO DE JANEIRO, BRASIL. Visitar Río de Janeiro, disfrutar de las playas de Ipanema y Copacabana, subir en teleférico al peñasco Pan de Azúcar y llegar en tren hasta el Cristo de Corcovado, son experiencias inolvidables.
Si a todo esto se suma la belleza natural de la bahía, la alegría contagiosa de los cariocas y sus ritmos musicales de samba y bosanova, que se escuchan por todas partes, definitivamente hay que concluir que se trata de una ciudad muy especial.
Los visitantes de Río, ciudad con aproximadamente ocho millones de habitantes, no tienen que hablar portugués para disfrutar de los encantos que ofrece.
En el centro de la ciudad, algunas edificaciones con la ornamentación de catedrales y palacios imperiales, obligan al caminante a detenerse para poder admirarlas como merecen las obras que son un premio a la vista.
El Cristo Redentor
Una experiencia maravillosa en tren por un trayecto natural y por solo 36 reales (29 dólares), desde donde se tiene la más impresionante vista de Río. La estatua de Cristo Redentor está situada a 709 metros sobre el nivel del mar, en la cima del cerro del Corcovado, con una altura de 38 metros con todo y base. Fue inaugurada el 12 de octubre de 1931 y -según el libro de Record Guinness- es la mayor representación de Jesucristo realizada por el hombre en todo el mundo.
Pan de Azúcar
Así se denomina el morro o peñasco al que se llega a través de teleféricos con capacidad para 75 personas cada uno. El tiempo estimado es de tres minutos a cada uno de los picos.
El morro tiene 396 metros (1,299 pies) sobre el nivel del mar. Su nombre en portugués no hace referencia al pan, sino a la semejanza de su forma con los montículos que, durante los siglos XVI y XVII se formaban con el azúcar para su envío a Europa.
Sin embargo, algunos consideran que el nombre en realidad deriva de Pau-nh-acuqua que significa la alta colina en la lengua de tupi-guaraní, usada por los indígenas tamoios.
La Catedral
La Catedral Metropolitana de Río de Janeiro, (en portugués Catedral Metropolitana do Rio de Janeiro), oficialmente Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro (Catedral de São Sebastião do Río de Janeiro) es la sede de la arquidiócesis que se encuentra ubicada en el centro, sobre la avenida República de Chile.
La edificación tiene forma cónica, con 96 metros de diámetro interno y una altura total de 75 metros. Además, posee cuatro series de vitrales que van del suelo al techo.
Las playas de Río
Dicen que el turista que visita Río de Janeiro y no se da un chapuzón en las playas de Copacabana o Ipanema, es como si no hubiera ido a esta mágica ciudad. Desde tempranas horas de la mañana, cualquier día de la semana, la gente entra y sale a estos balnearios con diminutos bañadores.
Copacabana se extiende desde la avenida Princesa Isabel hasta el fuerte de Copacabana, caracterizada por numerosos campos de fútbol y voleibol, en tanto Ipanema está ubicada a lo largo de la avenida Vieira Souto, con olas relativamente grandes.
Más de Río
Gastronomía carioca
En Río se puede comer todo lo que se encuentra en los otros estados del Brasil: rabo de jacaré, churrasco, pato no tucupi, paçoca, moqueca de peixe. Desde los platos del Amazonas a base de pescados exóticos, hasta el churrasco (barbecue, parilla) de la pampa del Rio Grande do Sul.
Sus 636 kms. de litoral producen muchos pescados, crustáceos y frutos de mar. Y el plato de pescados más conocido es la sopa à Leão Veloso (una especie de bouillabaisse). La influencia de la cocina portuguesa también es muy fuerte: los bolinhos de bacalhau, bacalhau à Gomes Sá y otros platos portugueses son apreciados.