Río Limpio:
Un  encuentro con nuestras tradiciones

<STRONG>Río Limpio:<BR></STRONG>Un  encuentro con nuestras tradiciones

La niñez del municipio de Río Limpio, provincia Elías Piña, jugó y disfrutó los diferentes juegos tradicionales que existen en el país, la mayoría desconocidos por ellos durante un enriquecedor encuentro con Xiomarita Pérez, Directora Nacional de Folklore, de la Secretaría de Estado de Cultura.

La funcionaria llevó a ese lugar su proyecto A Brincar la Tablita  con  el propósito de  intercambiar su experiencia con una comunidad que ama y conserva sus costumbres y  tradiciones.

Primeramente  Xiomarita y el equipo de trabajo que la acompañó escucharon  y observaron los juegos que la niñez de allá practica: la forma, el contenido, y tener esa experiencia de tres días para que permanezca en la memoria toda la vida.

El encuentro  fue interesante porque les permitió, lejos del bullicio citadino, creerse  niños y niñas y  disfrutar con seres humanos que todavía recrean los juegos del ayer, transmitidos de generación en generación.

Las niñas hicieron rondas y los niños elaboran sus propios juegos, como los zancos, carritos de javillas y el fufú, entre otros que practican en su cotidianidad.

Muchas de estas manifestaciones eran  desconocidas por los visitantes y fueron recogidas para ser archivadas y estudiadas posteriormente.

Luego de verlos actuar, a la población infantil de Río Limpio les fueron mostrados  los juegos que se practican  en Santo Domingo, en algunas zonas del Cibao, y otros que nos llegan de la cultura afroamericana de Samaná, con el propósito de que se compenetraran con  las prácticas y costumbres de otros pueblos del país.

Aunque no es parte de nuestra cultura tradicional y como una forma de motivar a los niños para que se integraran de manera natural al encuentro, se contó con la animación  del payaso Ricky Ran.

También el grupo disfrutó de las costumbres tradicionales  de la gente adulta, como el transporte de productos agrícolas en  burros, la cocina con fogones de tierra y  el limpiado del arroz en bateas. Lo más agradable fue disfrutar de un paisaje natural, que honra al nombre de esa comunidad, donde todavía no ha llegado la contaminación.  

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