Río Ozama inunda 100 casas en La Barquita

Río Ozama inunda 100 casas en La Barquita

Al menos cien viviendas fueron inundadas ayer por las aguas del río Ozama, en el sector conocido como La Barquita, en Santo Domingo Este, lo que obligó a decenas de familias a abandonar el lugar.

No obstante, la mayoría de los afectados se negó a abandonar el lugar -según ellos- por temor a los ladrones.

La crecida del río se debe a las lluvias caídas durante el fin de semana y los días posteriores tras el paso de la tormenta tropical Odette por territorio dominicano. El fenómeno dejó un saldo de diez muertos -la mayoría ahogadas-.

Según el informe final de las autoridades, Odette provocó graves daños a la agricultura. También afectó las viviendas de 859 familias, sobre todo en la región Sur del país.

Brigadas de la Defensa Civil, la Cruz Roja Dominicana y miembros de la Policía Nacional se presentaron al lugar para alertar a las personas que permanecían dentro de sus casas.

Los brigadistas de los organismos de socorro se quejaron de la negativa de las personas de abandonar el lugar, a pesar de la inminencia del peligro que representaban las aguas del río.

Próximo al mediodía, encima del puente Gregorio Luperón (conocido como de La Barquita) se produjo un largo taponamiento de vehículos, mientras decenas de curiosos se paraban en medio del vía para observar lo que acontecía debajo, en la orilla del río.

Varios de los afectados se alojaron en casas de amigos y parientes que viven en las cercanías.

«Aquí se nos han dañado todos los trastes, las camas», dijo Rafael De la Rosa Pinales, uno de los afectados.

Anny Aquino, otra de las afectadas con la inundación, pidió a las autoridades acudir en su auxilio porque perdió todos sus ajuares.

En tanto que Juana Martínez, en cuya casa también se metió el río, se quejó de que los gobiernos siempre anuncia que los van a reubicar, pero nunca lo hacen.

Los residentes en La Barquita manifestaron su temor de que las aguas continúen subiendo de nivel y arrase con sus frágiles viviendas.

Mientras, los brigadistas de la Cruz Roja y la Defensa Civil se quejaron de la actitud de los residentes en la orilla del río que hacen caso omiso a los llamados que les hacen para que abandonen el lugar ante el inminente peligro.

«Hay muchas personas que hasta ahora no entienden que tienen que salir, como el caso de un joven cuya madre vino y le dijo que se fuera con ella para su casa, pero él no entiende», expresó Josué Taveras, coordinador de la Cruz Roja.

Dijo que estaban trabajando para habilitar como refugios los locales de la escuela Altagracia, la capilla del mismo nombre, la Escuela Puerto Rico y la iglesia San Vicente de Paul para alojar a los afectados por la inundación en caso necesario.

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