Riqueza que genera pobreza

Riqueza que genera pobreza

Una manera de arraigar la pobreza es dar pescado y no enseñar jamás a pescar. Recurrir al asistencialismo sistemático sin aderezar esa ayuda con elementos que permitan al pobre ascender en la escala social. Y en un país de economía ampulosa y puntera, como es el nuestro, que no es capaz de generar ni siquiera empleos dignos, esa práctica es un pecado social imperdonable. No se debe meter en alcancía la pobreza de los muchos para invertirla a la hora de buscar beneficio político. Nuestra investigadora Minerva Isa desmonta, en una serie de trabajos sin desperdicios que empezó el lunes y concluye hoy, esa realidad social que mantiene en la marginalidad a cientos de miles de dominicanos.
El inventario de políticas sociales no contiene la dosis necesaria de programas encaminados a revertir las causas de nuestro récord en adolescentes embarazadas, en achicar en cuanto sea posible la numerosidad de la generación nini, de reforzar las escalas de valores y la cohesión familiar, y encarar de ese modo algunas aristas de la violencia intrafamiliar y los feminicidios. Muchas soluciones de problemas sociales se ejecutan por excepción, como el caso de La Barquita, mientras se soslaya la peligrosidad en que viven otros en gran parte de la geografía nacional, pero sin suficiente estruendo mediático. En fin, muy poco ha sido concebido para sacar al pobre de su marginación. Seguimos creciendo en economía y en pobreza.

Expansión de la Seguridad Social

La Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) ha dado uno de los pasos más trascendentales en el ámbito de la seguridad social, al autorizar que los asegurados puedan inscribir a más familiares siempre que cubran los costos de protección. Y hay que descalificar con firmeza los argumentos de algunos sectores que objetan esa decisión alegando que perjudicaría a los propios afiliados del régimen contributivo Seguro Familiar de Salud.
Precisamente, uno de los aspectos más cuestionados de la seguridad social era la limitación que impedía esta afiliación, a pesar de que está contemplada en la ley que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social. La decisión de la Sisalril despeja un factor de discriminación que no tenía ninguna razón de ser. Hay que continuar hacia la universalización del seguro familiar.

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