BEAUMONT, Texas, EEUU (AP) _ El huracán Rita avanzaba hacia las poblaciones donde se ubican refinerías a lo largo de la costa entre Texas y Luisiana con vientos sostenidos máximos de hasta 200 kph (125 mph) y causaba daños incluso antes de tocar tierra.

Por ejemplo, en Nueva Orleáns, provocó nuevas grietas en los diques que protegen a la ciudad, con lo cual generó nuevas inundaciones y unas 24 personas fallecieron cuando un autobús que llevaba a residentes evacuados de un asilo se incendió en un congestionamiento de tránsito.

Rita perdió fuerza el viernes hasta descender a la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, después de haber alcanzado dimensiones catastróficas de categoría 5, con rachas de vientos sostenidos de hasta 280 kilómetros por hora (175 mph) durante la semana.

Sin embargo, aún es considerada como una tormenta sumamente peligrosa.

Se esperaba que el huracán entrara a tierra la madrugada del sábado en una ruta que podría esquivar a la ciudad de Houston y Galveston, pero azotará a las poblaciones de Beaumont y Port Arthur, en Texas, que tienen refinerías, así como Lake Charles en Luisiana, donde se observaron marejadas de hasta seis metros de altura, enormes olas y hasta 635 milímetros (25 pulgadas) de lluvia.

La tormenta parecía dirigirse hacia el corazón de la industria de refinación petrolera de Estados Unidos.

“Vamos a sobrevivir esto”, dijo el gobernador de Texas, Rick Perry. “Rueguen por Texas”.

Rita amenazaba a decenas de plantas de refinación de petróleo y compañías de sustancias químicas a lo largo de las costas del Golfo de México entre Texas y Luisiana, y que significan una cuarta parte de la capacidad de refinación de Estados Unidos.

Los ambientalistas advirtieron que Rita podría generar un derrame de sustancias tóxicas, y algunos analistas de la industria petrolera indicaron que la tormenta podría elevar los costos de la gasolina, ya de por sí cara, a niveles superiores a los cuatro dólares por galón de 3,78 litros.

En la ruta de la tormenta se encuentran algunas poblaciones diseminadas a lo largo de la costa de Luisiana: Port Arthur, una ciudad de 58.000 habitantes, vive de sus empresas petroleras, de pesca de cangrejo y camarones; y Beaumont, una ciudad portuaria de unos 114.000 habitiantes y cuna de la industria petrolera moderna.

Fue en Beaumont donde el pozo Spindletop arrojó un chorro de petróleo crudo de 30 metros de altura en 1901 y dio nacimiento a empresas gigantes petroleras como Gulf, Humble y Texaco.

En Nueva Orleáns, las lluvias de Rita rompieron un dique reforzado recientemente y cayeron sobre la barriada desierta de Ninth Ward, que fue inundada previamente por Katrina y hace pocos días había sido secada por aparatos de bombeo. El nivel del agua nuevamente subió hasta la cintura.

Aproximadamente al mismo tiempo, el agua comenzó a desbordarse por otro dique a lo largo del Canal de London Avenue, e inundó casas en el barrio de Gentilly, donde el agua habría subido entre 15 y 20 centímetros (de 6 a 8 pulgadas).

“Nuestros peores temores se han hecho realidad”, expresó Barry Guidry, de la Guardia Nacional de Georgia. “Tenemos tres rupturas significativas del dique y el agua sube rápidamente”.

El coordinador del manejo de emergencia de Texas, Jack Colley, vaticinó que Rita destruiría unas 5.700 viviendas y ocasionaría 8.200 millones de dólares en daños.

El viernes en la mañana, las carreteras de Houston ya se habían despejado, pero aún el tránsito estaba congestionado en las afueras de esta ciudad, hacia Austin y Dallas. Las autoridades estatales comenzaron a escoltar a camiones cisternas cargados de gasolina hasta las estaciones de servicios vacías de pequeños pueblos en ese trayecto.

El juez del condado de Harris Robert Eckels, el principal funcionario del condado que rodea a Houston, pidió a los residentes que aún no habían evacuado que permanecieran donde estaban durante la tormenta.

El presidente George W. Bush, consciente de las críticas de que su gobierno trardó mucho en responder ante el huracán Katrina, planeaba visitar a su estado natal de Texas para revisar la respuesta al huracán Rita.

Sin embargo, decidió cancelar su viaje en el último momento para evitar ser un obstáculo en los preparativos, y planeaba darle seguimiento a la tormenta desde el Comando Norte del Ejército de Estados Unidos, ubicado en Colorado Springs.

Aproximadamente 2,8 millones de personas huyeron de un tramo de 800 kilómetros entre la costa de Luisiana y Texas.