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Una mala alimentación, el uso de estupefacientes, un ritmo de vida muy agitado, el uso excesivo del celular y colocar la computadora portátil en las piernas son algunas de las causas
Según los expertos, la probabilidad que tiene un macho de fecundar un óvulo con su esperma no está determinada ni por la cantidad de espermatozoides ni por la longitud de éstos. Es la calidad de estas semillas de la vida la responsable del éxito final. Sin embargo, las condiciones de vida del hombre cada vez más adversas están dañando seriamente el potencial fértil masculino hasta el punto de amenazar seriamente su virilidad.
Los estudios que día tras día salen a la luz vaticinando un descenso de calidad en el esperma masculino se cuentan por decenas. Unos culpan del agravio a las condiciones climáticas mientras otros responsabilizan al estrés que produce nuestro ritmo de vida. La realidad es que todos aceptan que, en la actualidad, el semen ha perdido parte de su poderío a la hora de fecundar el óvulo.
La doctora Rocío Núñez, directora de la Clínica Tambre, dedicada entre otros asuntos al almacenamiento de esperma, señala que el 80 por ciento de hombres que desean ser donantes de semen es rechazado, en un 75%, debido a la mala calidad de sus espermatozoides. El dato sorprende aún más cuando el perfil del donante es el de un varón de 23 años de edad media.
RITMO DE VIDA PERJUDICIAL
Los factores a los cuales se achaca este funesto resultado están relacionados, en gran parte, con los hábitos de vida actuales. Una mala alimentación, combinada con el consumo de drogas y un muy poco relajado modo de vida acaban por afectar de forma importante las funciones hormonales que permiten la fabricación de espermatozoides. Las toxinas que contienen multitud de sustancias consumidas diariamente afectan de una forma u otra el aparato reproductivo. En muchos casos,
hasta productos a priori inofensivos tienen su lado oscuro. Un estudio reciente elaborado por la Universidad de Rochester (Estados Unidos) ha comprobado que el consumo abusivo de carne vacuna durante el embarazo puede provocar en el niño una futura incapacidad sexual. De todos modos, no debemos confundir este hecho con las disfunciones eréctiles, que suelen afectar a los hombres de edad avanzada y con frecuencia se relacionan con problemas cardiovasculares.
Y no solo se trata de comida, las nuevas tecnologías influyen de forma negativa en la capacidad espermática del hombre. Todo el mundo sabe de los efectos negativos derivados del uso de computadoras portátiles de forma indebida, es decir usarlas sobre las piernas. El calor que desprenden estos aparatos asciende la temperatura del escroto (lugar donde se produce el semen) y a largo plazo infertiliza el esperma. EFE REPORTAJE
