“Hay años que plantean preguntas y años que dan res­puestas”.

Züra Neale Hurston

Desde hace un tiempo tengo 4 fechas significativas para iniciar cosas importantes: el año nuevo calendario (1ero de enero), el año nuevo chino (finales de enero a principios de febrero), el año nuevo personal (mi día de cumpleaños, 24 de febrero) y el año nuevo cósmico (el día del equinoccio de primavera, 21 de marzo). 

Luego del inusual tiempo que vivimos en el 2020, surgieron muchas preguntas. ¿Quién podría quedarse igual luego de que toda la vida conocida sufriera cambios tan estremecedores? Si el 2020 fue el año de las preguntas, el año 2021 ¡es el año de las respuestas! Estamos en un tiempo de cambio, esperanzas y transformación.  

La vida siempre va hacia delante y hacia más. Jamás perdemos nada. Todo lo anterior se integra al momento presente para enriquecerlo y dotarlo de significado. En palabras de la escritora británica Agatha Christie, “la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único”, y cada año vivido nos ayuda a ser quienes en verdad somos. El día del cumpleaños nos pone en contacto con nuevas fuerzas que se expresan en forma de maravillosas oportunidades. 

Siempre me ha resultado útil terminar el año cerrando círculos, contando las bendiciones recibidas, valorando lo vivido, evaluando lo logrado, despidiendo lo no realizado, agradeciendo las experiencias (las que como suave llovizna me hicieron florecer y las que como tormenta me desafiaron a crecer y expresar mis fuerzas), orando por las personas que siguen a mi lado para compartir alegrías, y por quienes se alejaron para permitirme avanzar.

Lo que ocurre en el exterior transfiere energía a nuestro interior, ¡hasta puede modificar nuestro ADN! Si algo afuera cambia, nosotros también lo hacemos. El filósofo británico Aldous Huxley afirmaba que “la conciencia sólo es posible a través del cambio”. Para el novelista, “el cambio sólo es posible a través del movimiento”. Las acciones realizadas el día del cumpleaños determinan en gran medida los acontecimientos que atraeremos.

Elfilósofo indio Osho decía que «la celebración es nuestra forma de recibir los regalos de la existencia». Quien está atrapado por su pasado no está disponible para recibir obsequios.Para escribir nuevas historias es imprescindible cerrar capítulos. Mi mejor manera de hacerlo es por vía de los rituales, ceremonias mágicas que nos permiten abrir caminos y ponernos en el modo receptivo.

¡Me encantan los rituales de cumpleaños! Para mí, son una magnífica vía para obtener valiosas respuestas. Algunos de los que suelo hacer para mi cumpleaños son:

-A las 12:00 a.m. del día que inicia el cumpleaños, enciendo una vela y un incienso de mi agrado, para agradecer y despedir el año que termina.

-Al despertar, lo primero que hago es tomar una cucharada de miel, al tiempo que visualizo como mi nuevo año me trae dulzura, y lo recibo con placer y agrado.

-En algún momento del día, descorcho una botella de cava. Imagino que la abundancia sube en mi vida como la espuma de la bebida, brindándome felicidad.

-Estreno algo. Cuando usamos prendas nuevas, solemos sentirnos diferentes. Para mí, esta es una idea adecuada para anclar la idea de que he renacido.

-Ese día como lo que se me antoja. Prohibirnos cosas puede fijar la idea de que no tendremos suficiente. En cambio, complacernos es un buen anclaje de que todo lo que nos agrada estará presente. La tradición dice que el sabor dulce activa el amor, los mariscos resuenan con una larga vida, el arroz (también los granos) auspician la prosperidad, las carnes movilizan los amigos influyentes, ampliando los contactos de gente que nos beneficia, y el biscocho de cumpleaños dinamiza un año dulce y bueno.

-¡Celebro!, me reuno con personas que aprecio para agradecer un año más de vida, en ánimo alegre y festivo. 

El terapeuta gestáltico y escritor argentino Jorge Bucay asegura que “el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”. Puedo decir que vivo mi mejor tiempo. Hago lo que me gusta, rodeada de un entorno físico y humano que me estimula de forma positiva. 

En los días que han transcurrido durante este nuevo año, ¡todo es celebración! Un profundo sentimiento de alegría brota de mi corazón. Estoy rebosada de gratitud por la familia, amigos, consultantes, clientes, maestros, estudiantes, seguidores, relacionados, y por la vida misma que me sostiene como expresión de la divinidad que me habita. 
Como dijo el escritor francés Raymond Radiguet, “todas las edades tienen sus frutos, pero hay que saberlos cosechar”. Pido al Gran Espíritu que despierte en mí la sabiduría interior, para vendimiar los dulces y jugosos frutos que tengo la certeza están ya listos para ser disfrutados.