Rivalidad entre hermanos
¿Cómo superarla?

<STRONG>Rivalidad entre hermanos<BR></STRONG>¿Cómo superarla?

Hay muchas cosas que puedes hacer para disminuir las rivalidades entre hermanos o, al menos, para hacerlas más llevaderas. Las herramientas para manejar los celos, el favoritismo y la comparación son las más importantes. ¡He aquí algunas más!

POR ANNA JIMÉNEZ
¿Qué haces cuando un hermano te ha llevado al límite y sientes que estás por explotar?. Uno de los padres puede no estar a la mano o puede no querer intervenir. Tú puedes:

Respirar hondo y contar hasta 10. 

Pensar con quién es que estás verdaderamente furioso. ¿Estás en realidad enfadado con los adultos de tu familia y sencillamente te desquitas con tus hermanos o hermanas?

Apartarte de tus hermanos y hermanas.

Tomarte un tiempo para tí mismo. Escuchar música, dar una caminada, estar con tu mascota, jugar videos o escribir en tu diario.

Cuando estés listo para estar con tu hermano o hermana de nuevo, cuéntale un chiste para romper el hielo o invítala a jugar baloncesto o juegos de video. Puedes pedir excusas o simplemente olvidarte de todo y seguir adelante. Más tarde, cuando las cosas se hayan enfriado, puedes hablar con miembros de tu familia acerca de lo que causó la pelea y de cómo puedes prevenir una en el futuro.

A largo plazo

Muchos conflictos que empiezan pequeños pueden con el tiempo volverse grandes y más destructivos. Los miembros de nuestra familia no deberían ser enemigos, así que es importante ir más allá de la causa de la rivalidad, cambiar actitudes y comportamientos y, ¡Aunque te parezca extraño!, empezar a considerar a los hermanos como amigos. Aquí siguen algunas cosas para recordar:

Ganar no lo es todo. Lograr de la vida lo mejor no significa ser siempre el primero, especialmente en lo que concierne a tu familia. Sin duda, esfuérzate al máximo, pero deja que tus hermanos reciban también algo de gloria. Hay oportunidad para que todos sean el centro de atención.

Aprende a compartir. Primero establece algunas reglas básicas y compromisos, luego comparte tu armario o tu sistema de juegos de video con tu hermano.

* No actúes como un necesitado o un avaro. Confía en que tus padres te quieren y te respetan, aunque no siempre puedan demostrártelo con atenciones y regalos. Si ha pasado mucho tiempo desde cuando tus padres te han dado lo que necesitabas o si has hecho algo que merece elogio, déjaselos saber.

Equitativo es mejor que igual. Recuerda la diferencia y tráela a tu memoria cuando sientas que la necesitas.

Reconoce cuando se ha pasado del límite. Esto es verdaderamente importante. Si un hermano te está causando daño físico, no tengas dudas en contarle a uno de los padres, a un maestro o a un tutor, acerca de ello. Lo mismo aplica al daño emocional, como cuando un hermano o hermana te ha estado haciendo sentir mal acerca de tÍ mismo intencionalmente. El abuso no es rivalidad. Esta es una forma de bravuconada y no tienes por qué tolerarlo.

¿Has notado que los equipos de deportes juegan a menudo los mejores partidos contra los equipos rivales?

De la misma manera, una competencia bien intencionada entre hermanos te puede ayudar a estar a la altura de las circunstancias y a lograr más que si no hubieses tenido competencia.

Digamos que tu hermano es un goleador en el equipo de fútbol y tú ves la alegría que le da ser bueno en algo. Pues bien, aunque tú no estás interesado en los deportes, eso te podría animar a presentarte a una prueba para el papel principal en la obra de teatro de la escuela, de tal manera que puedas tener el mismo sentimiento de logro.

No tiene nada malo que los hermanos se presionen un poco los unos a los otros, o que den ejemplos para que los otros hermanos los sigan. Pero si la rivalidad se convierte en el foco único de todo y sientes que si no puedes ganarle a un hermano tu valor ante tus ojos y los de tus padres disminuirá, entonces vas camino a la infelicidad. La competencia constante, especialmente entre personas que están supuestas a amarse, ayudarse y darse ayuda, es peligrosa y puede causar problemas que duran años.

Imagínate a ti y a tus hermanos como atletas que juegan en un mismo equipo. Un poco de rivalidad entre los jugadores puede ser buena, porque te puede ayudar a jugar lo mejor posible. Pero, a fin de cuentas, es trabajo de equipo y cooperación lo que hará que ganen el partido y los mantenga trabajando sin problemas. Los fanfarrones, los desviadores del centro de atención y los acaparadores del balón, no son buenos para el equipo a pesar del número de goles que hagan.

De Jenna y Jordan:

Jenna: Yo soy dos años mayor que Jordan y creo que nos la llevamos verdaderamente bien. Cuando de hecho peleamos, es acerca de quién tiene primero la computadora o qué programa de TV queremos ver en la mañana. Nos disgustamos de verdad, levantamos la voz y nos desentendemos de la situación. Una vez discutimos no lo mencionamos más, al menos por un día o dos y entonces… ¡vuelve a suceder lo mismo!

De los consejeros

Vamos, anímate, di en voz alta:Lo quiero porque es mi hermano, es un gran muchacho y sé que siempre estaremos ahí el uno para el otro. El o ella es una persona buena y honesta. Trata de ponerte en su lugar y recuerda cómo te sentías cuando tenías la edad de ellos y verás cómo logras cambiar el panorama, como por arte de magia.

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