Rivalidad y abusos entre hermanos

Rivalidad y abusos entre hermanos

En el capítulo 7, titulado “Padres irresponsables”, paso por alto el tema, pues ya se ha visto la responsabilidad de los padres en la formación de la programación emocional o guión de vida del niño y de estos depende que en la edad adulta los hijos sean sanos o sicópatas.

Debe leerse con detenimiento el punto sobre la rivalidad y abusos entre hermanos, la cual es alentada a menudo, irresponsablemente, por  uno de los padres, pero el Dr. Romero aporta la solución acerca de cómo debe tratarse sana y adecuadamente este problema.

En un apartado anterior el Dr. Romero habló de la sociedad patriarcal como la responsable del machismo y este a su vez de la violencia intrafamiliar, tema retomado en el capítulo 8 desde la perspectiva sicoanalítica y socio-cultural. El autor entra en el análisis de los estadios de cambios para los hombres abusivos y concluye con las siguientes palabras: “los hombres abusadores no se presentan necesariamente como tales fuera del seno familiar. De hecho, muchos proyectan una imagen de cariño, ternura y comprensión hacia su pareja. Por esa falsa imagen proyectada son admirados y respetados en su comunidad y su lugar de trabajo, ya que su inflexibilidad y su comportamiento de maltrato solo ocurren en la intimidad del hogar contra la mujer y, a veces, contra sus hijos.” (p. 117).

En el capítulo 9 hay algo que casi todo el mundo, a partir de Freud conoce: que el sadismo y el masoquismo son fenómenos complementarios, es decir que uno no existe sin el otro. Pero lo que realmente debemos interiorizar de esta sicopatología es lo siguiente, tal como lo expone el Dr. Romero: “Los sentimientos infantiles de abandono y rechazo por los padres crean sentimientos de rebelión’, así como odio y resentimiento. [Pues son partes de la programación emocional, DC]. El masoquista se defiende de estos sentimientos y de la necesidad de castración, pero ‘simbólicamente se castra él mismo y así evita ‘ser castrado por otros’. El sádico, por su parte, se identifica simbólicamente con el agresor, y de esta manera inconscientemente cree que él es el castrador y no el castrado. En la práctica clínica encontramos múltiples ejemplos de mujeres que son ‘sádicamente maltratadas’, abandonan a su cónyuge y vuelven a la relación malsana creyendo que el abusador ha cambiado o cambiará, sin reconocer que su problema está basado en la psico-dinámica de la psicopatología que aquí explicamos. Esta es la respuesta a la pregunta de ¿por qué tantas mujeres maltratadas por su cónyuge supuestamente olvidan el maltrato, le creen que él se va a regenerar al oír que él le pide perdón por sus abusos, para poco tiempo después volver a sus viejas conductas de maltrato? En realidad, debido a su psicopatología el individuo no puede cambiar a menos que sea tratado psicoterapéuticamente.” (p. 121) Esto que dice el Dr. Romero es para nunca olvidar.

Una guía para detectar al abusador o violador intrafamiliar es lo que ofrece la obra en el capítulo 10. Si usted está involucrado o involucrada en una relación con una persona que tenga estos 15 comportamientos es motivo de harta preocupación para su vida: 1) pobre control de los impulsos, 2) baja autoestima, 3) egoísta, 4) narcisista, 5) siempre necesita del tiempo suyo y nunca le corresponde a usted, 6) pocas habilidades sociales, 7) dificultad en establecer relaciones interpersonales ya sean sexuales o sociales, 8) es un alcohólico o drogadicto, 9) tiene historia de haber sido abusivo (física, verbal y sexualmente como joven o adulto), 10) tiene historia de enfermedad mental, 11) es persona dependiente de otras y es incapaz de mantenerse por sí sola (financiera y emocionalmente), 12) tiene comportamiento antisocial (no cree en las reglas de la sociedad y tiene sus propias reglas que le permiten acomodar inadecuadamente sus deseos y defectos), 13) necesita sentirse en control de todas las actividades familiares y ser el mandamás en todas las relaciones sociales, 14) es persona agresiva, temeraria y desconsiderada, 15) está preocupada con el sexo todo el tiempo. Requiere de su pareja actividades sexuales todo el tiempo. Es una persona verdaderamente preocupada por el sexo. Cuando no lo obtiene de su pareja por estar ausente, se masturba compulsivamente.

En este capítulo hay dos puntos cruciales para la vida sana: 1) Los padres deben aceptar a sus hijos tal como son; y 2) El respeto mutuo entre padres e hijos es prueba de una vida sana en cualquier hogar.

En el capítulo 11, se abunda un poco acerca de lo que el Dr. Romero estudió cuando trató el tema de la relación sadomasoquista, o sea, por qué seleccionan las mujeres a los abusadores para sus relaciones íntimas (p. 130).

El capítulo 12 trata del homicidio en niños y jóvenes. Está muy relacionado con la experiencia del Dr. Romero en los Estados Unidos. Pero el tema y su tratamiento son de interés para la sociedad dominicana porque en los últimos ocho años se ha desatado una fiebre inusitada de crímenes entre niños y adolescentes y en algo ha de servir a los padres dominicanos el desarrollo que de ese problema realiza el Dr. Romero. De todos modos, es importante leer las posiciones de dos grandes sicólogos norteamericanos sobre el tema (el Dr. Wittman y sus socios, en la página 138, y la del Dr. Douglas Sargent en la página 139). El propio Dr. Romero concluye en que “desafortunadamente, hasta ahora no hay ninguna solución para las diferentes controversias [sobre el homicidio en niños y jóvenes] y no la habrá hasta que se encuentre un sentido unitario de lo que el término ‘causa’ significa cuando se aplica al comportamiento humano.” (p. 136)

Otro problema, tratado en el capítulo 12, el de la violación de niños, es de interés capital para la sociedad dominicana, pues en los últimos ocho años hemos asistido a una inédita ola de violaciones sexuales de niños, incluso de recién nacidos, que muchas veces terminan en infanticidios, como si fuera imposible no dejar huellas de tanta atrocidad humana.

Como la prensa dominicana pasa en esta época por un amarillismo sangriento debido a la cultura frívola o “light” que se ha enseñoreado del país, el sensacionalismo es responsable de que la sociedad dominicana conozca muchas de estas violaciones a niños y adolescentes, las cuales se mantenían en el más hermético secreto familiar o en un velo de misterio que encubría la realidad. Esta le ha dado una galleta sin mano a la sociedad que creía que estas monstruosidades no sucedían y de ahí la tendencia a negarlas.

Pero el Dr. Romero nos explica cómo debemos entender ese fenómeno y cómo debemos encararlo: “El abuso sexual de los varones es un acto sexual que no puede ser ignorado. Sin embargo, es algo más que un acto sexual, porque si el adulto lo que quiere es utilizar a los niños para su propia satisfacción sexual, puede obtenerlo en otras circunstancias. También debemos señalar que en estos casos el abuso sexual es una ‘expresión de poder’, ‘deseo de control’ o un ‘acto de venganza’ que muchas veces por razones inconscientes son confundidos con un acto de amor, tal como se describe extensamente en los casos aquí tratados.” (p. 141).

En este capítulo se tratan dos casos de violación de niños: el de Jorge y el de Enrique, por parte de los padres, hermanos y un vecino. Pero en el capítulo 12, titulado “Incesto”, el tratamiento es mucho más extenso dada la gravedad de este problema que ocupa hoy las páginas de la crónica roja de los periódicos. Hasta hace poco ni el Ministerio de Salud Pública ni los profesionales de la salud mental de nuestro país se preocupaban de este tema, al decir del Dr. Romero.

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