El doctor Rafael Molina Morillo recibió el merecido palmarés Premio Nacional de Periodismo 2010, el 29 de diciembre último, entregado por el presidente Leonel Fernández en la Casa de Gobierno.

Inició su fructífera trayectoria en el diarismo en El Caribe 1948, mientras Radhamés Gómez Pepín y el suscrito en La Información en 1953 y 1957, respectivamente.

Los dos han contribuido a conformar no solamente un periodismo veraz, sino formado a cientos de diletantes que hoy son preclaros alumnos.

Radhamés fue mi primera inspiración porque cuando tenía 16 años, viendo pasar por la casa de mis Padres-abuelos a Radhamés todos los día camino a La Información y hacia su casa, atravesando diagonal el entonces parque Ramfis, hoy Plaza Valerio, le confié a mi papá que quería ser como Radhamés. Así hice, cuatro años después.

Rafael Molina Morillo fue mi maestro en la práctica cuando juntos iniciamos la publicación de La Campiña, la primera revista privada especializada en agropecuaria en 1966.

Admiré en él siempre su rectitud, su firmeza ante el peligro cuando el terrorismo de la guerra de abril de 1965 voló con C-4 la rotativa de El Nacional y aunque impresionado, permaneció impertérrito e integérrimo, sin alzar la voz nunca pero tampoco sin bajar la guardia jamás. Su asqueo a la corrupción.

He sido su amigo y de parejero presumo es mi hermano, pero él sabe que son efluvios sinceros que surgen de mi cariño y admiración por su persona. Idéntico para con Radhamés, sin importar las contrapartidas, porque nadie puede vivir por uno ni viceversa. Bendiciones, icono y lord de la libertad de expresión.