Roban hierros para venderlos

Roban hierros para venderlos

BATEY VERDE, Sabana Grande de Boyá.- Traficantes de hierro se están llevando paulatinamente las estructuras metálicas y los mobiliarios férreos de los centrales azucareros para venderlos a exportadores de chatarra.

Impulsados por los altos precios del hierro, bandas organizadas han penetrado a lo más profundo de los campos de las empresas azucareras en busca de metales. De los ingenios, en muchos casos, sólo queda la historia.

En los viejos caminos azucareros se trabaja aceleradamente en el desmantelamiento de vías férreas, puentes, trenes, vagones, carretas, almacenes metálicos, talleres y maquinarias de molienda que, en el menor de los casos, deberían servir para algún museo del azúcar.

En Cruz Verde, donde estaba el centro de reparación del Ingenio Ozama, «trabajan» duramente a la luz del día técnicos que desmantelan tractores, carretas y almacenan trozos de vías férreas para llevarla a Santo Domingo, desde donde -se dice- son transportadas en barcos hacia un país del Lejano Oriente.

«Ya aquí no queda casi nada, todo se ha ido, se lo llevan todo y nadie dice nada», dijo Pedro Manuel Ramírez, quien fuera mayordomo del viejo central azucarero.

Ahora desempleado y con el peso de los años, dijo que cuando contemplaba los rieles podía revivir su propia historia, que era la historia de la industria a la que le dedicó su vida, pero los vendedores de hierro le han robado hasta su nostalgia.

En el taller de Batey Verde, los cortadores de metales no se inmutan frente a las cámaras de los periodistas. Confiesan que son funcionarios del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) los que están en el negocio.

«No queremos caer presos, porque sabemos que esto está mal, pero de eso vivimos», expresó un «cortador» que manejaba un soplete con rostro sudoroso.

Pedro Manuel, con dejos de amargura, expresó que las comunidades campesinas se están quedando hasta sin comunicación porque también los puentes son desmantelados por los traficantes.

Más abajo, a unos 20 kilómetros de Santo Domingo, los traficantes de hierro trataron de robarse el Puente Rojo.

Los que desarman las estructuras ferroviarias fueron denunciados por los campesinos y cayeron preso.

Luego fueron libertados y volvieron a su labor.

La alerta la dio un campesino que venía a caballo, muy apurado, a avisar al vecindario de la hazaña de un individuo que armado con un equipo de acetileno comenzaba a cortar el Puente Rojo.

El Puente Rojo, edificado sobre el río Ozama, en la ruta que antiguamente servía de vía principal para comunicar a Monte Plata con Santo Domingo, es uno de los más viejos de la República.

Durante años el Puente Rojo, epicentro de las más descabelladas leyendas de misterios en esta región, ha resistido el abandono en una ruta solitaria que poco a poco se ha convertido en un camino polvoriento y casi intransitable.

Y, bajo el velo de esa soledad, el grupo que quiso terminar con la historia del Puente Rojo, comenzó temprano su terrible obra.

[b]DEL ESTADO[/b]

El intento de robo del Puente Rojo es el más insólito, pero no es el único. En Santo Domingo, el bandolerismo ha hecho historia.

Hace tres meses, unos bandoleros robaron todos los cables del tendido eléctrico de la avenida Las Américas y luego se llevaron las luces de la Villa Olímpica.

También fueron robadas las luces del Estadio Olímpico Juan Pablo Duarte y más tarde fue desmantelado el apartamento de un entrenador cubano en la Villa Olímpica.

En los últimos días se han reportado robos de las tapas de filtrantes de las principales avenidas de Santo Domingo. Se dice que tales robos se deben a que ha aumentado el precio del hierro colado en el mercado local.

[b]OTROS ROBOS[/b]

Años ha que bandoleros de la región robaron todos los rieles del antiguo ingenio Ozama y luego cargaron con toda la armazón del puente Chirinito, por el que transitaba el tren de caña.

Los bandoleros después desarmaron el puente Caboncito, una estructura de hierro sobre el río Cabón y por donde también cruzaba el tren.

[b]PUENTE ROJO[/b]

El Puente Rojo fue una gran obra del tirano Rafael Trujillo, quien abrigaba la idea de hacer una gran ruta que comunicara a Santo Domingo con Monte Plata, por la vía de Villa Mella-La Victoria.

Sobre el Puente Rojo se tejieron muchas historias. Se decía que allí salía el fantasma de una mujer vestida de blanco, con un velo de novia.

Otras historia daba cuenta de que en las penumbras se presentaba el general Ulises (Lilis) Heureaux, con su bicornio, espada al cinto y su traje de luces dándose paseitos.

También hay personas que aseguran haber visto por allí al general Marcos Evangelista Adón, héroe de la Guerra de la Restauración.

La más descabellada historia daba cuenta de la presencia de un bacá, que se presentaba en forma de puerco cimarrón, con grandes ronquidos y que tiene dos cabezas con colmillos afilados.

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