Robert Reid: prioridad y calidad del gasto público

Robert Reid: prioridad y calidad del gasto público

Frecuentemente escuchamos voces clamando mayores asignaciones de recursos presupuestarios para resolver determinados problemas, como si bastara gastar más dinero para solucionarlos. La campaña del 4% para educación reforzó esta actitud. También gobernantes suelen medir los resultados de su gestión en función del dinero gastado y no en el logro de determinadas metas cuantitativas: sociales, económicas o físicas.

Pero no es suficiente la mayor asignación de recursos para resolver problemas aun cuando sea una precondición necesaria. Un buen ejemplo de ello es lo sucedido en el Hospital Infantil Robert Reid, ahora en el ojo del huracán por la muerte de once niños en un fin de semana atribuidos a daños en ascensores, falta de oxígeno y desabastecimiento de medicamentos y suministros; entre otras razones.

Estas graves limitaciones asociadas al cumplimiento de los servicios esenciales que debe prestar y por lo cual existe el Hospital, requiriéndose para ello de recursos, contrastan con los 8.5 millones de RD$ gastados hace apenas 20 meses para satisfacer exterioridades estéticas y decorativas como el hermoseamiento (fundamentalmente pintura) de fachada, acondicionamiento (decoración) del recibidor y habilitación de parqueos frecuentemente propensos a sobrevaluación.

Durante la inauguración de estas obras, la Vicepresidenta de la República, orondamente, consideró que estaba cumpliendo con su “sueño de convertir el hospital infantil en centro de salud modelo” calificando el hecho como parte de una “gran transformación en el sector salud”; motivo por el cual fue adoptada como “madrina especial” por parte de la dirección de entonces de dicho establecimiento.(http://elnuevodiario.com.do/app/article1.aspx?id=319312).

Ya antes, en junio 2010 la actual vicepresidenta entonces primera dama, junto a su esposo el entonces Presidente de la República, inauguraba una nueva sala de emergencia en dicho Hospital coronada con obelisco de multicolores notoriamente emplazado que afecta visibilidad de la transitada intersección donde está ubicado. Casi simultáneamente, se desmoronó el techo de otra parte de la edificación preexistente.

¿Era más prioritario gastar en fachadas, decoración y parqueos que evitar deterioro de techos y ascensores así como garantizar suministros médicos al Hospital? ¿Era correcto agregar anexos con vocación arrabalizadora, concebidos ignorando previsiones urbanísticas, a una edificación previa que ya se veía derrumbándose?

Estamos pues frente a un problema de prioridad y calidad del gasto que se expresa no solo en salud sino en todos los renglones de la actividad gubernamental. En la sobrevaluación de construcciones, contratos lesivos, hipertrofia burocrática, subsidios enriquecedores de empresarios y distorsionadores de su razón de ser, pago de endeudamientos dudosos, etc..

Dada la importancia de disciplina fiscal para nuestra salud socio-económica, el Gobierno tiene en la prioridad y calidad del gasto una fuente de dónde alcanzarla.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas