Roberto Alomar quiere abrir las puertas de Cooperstown para más peloteros latinos

Roberto Alomar quiere abrir las puertas de Cooperstown para más peloteros latinos

AP/COOPERSTOWN, Nueva York
 Puede que parezca extraño, pero ha transcurrido más de una década desde la última vez que un latinoamericano entró al Salón de la Fama del béisbol. La espera acabará el domingo con la exaltación de Roberto Alomar, y el puertorriqueño considera que marcará una pauta para un nutrido grupo de luminarias que se aproxima en los próximos años.

Apenas siete latinoamericanos han sido elegidos a Cooperstown, el templo de los inmortales del deporte, mediante la votación de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica. Y la última ceremonia que contó con uno fue hace 11 años, con el ingreso del cubano Tony Pérez.

Para medir la dimensión, hay 205 jugadores en el Salón de la Fama

Pero en el horizonte se avizoran muchos que reúnen los atributos para formar parte de un selecto grupo que incluye a los puertorriqueños Roberto Clemente y Orlando Cepeda; el venezolano Luis Aparicio; el dominicano Juan Marichal, y el panameño Rod Carew.

«Así espero que sea, que se abran las puertas a muchos más, yo creo que por ahí vienen muchos», dijo Alomar el sábado en la víspera de lo que será el momento de su carrera.

Identificó los nombres de astros como el puertorriqueño Iván Rodríguez y el dominicano Pedro Martínez: «Si sigo dando nombres, los nombraría a todos».

Alomar quedará al lado de Clemente (1973) y Cepeda (1999) conformando el trío de boricuas en el Salón de la Fama, y su sentimiento de orgullo era inmenso al disfrutar las vivencias de un fin de semana inolvidable.

«Esto yo no lo hice solo, esta es una victoria para el pueblo de Puerto Rico completo y todos los latinos», afirmó Alomar, indudablemente el mejor segunda base de su generación.

Luego que en su primer intento se quedó corto por ocho votos, Alomar fue elegido en el segundo tras conseguir 523 o 90%. 

Zoom

Su carrera

En una carrera en la que bateó para .300, ganó dos campeonatos de la Serie Mundial con los Azulejos de Toronto y recibió 10 Guantes de Oro, Alomar tenía méritos de sobra para ser seleccionado sin dar vueltas. 

Pero el tristemente célebre episodio de septiembre de 1996, en el que le dio un escupitajo en el rostro al umpire John Hirschbeck provocó que varios votantes se resistiesen a darle un inmediato respaldo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas