Roberto Fernández: El «pastero» dominicano más celebrado

Roberto Fernández: El «pastero»  dominicano más celebrado

En el restaurante Scarpetta - Fontainebleau de Miami Beach, Roberto es una sensación mientras elabora sus variedades de pastas.

Roberto Fernández, quien desde hace 14 años emigró a Nueva York, sin estudios de ninguna índole, pero sí cargado de sueños y esperanzas en busca de nuevos horizontes, nunca se imaginó que se convertiría en un chef “pastero”, reconocido a nivel internacional y admirado por sus pares de distintas nacionalidades.

Nos enteramos de que estaba en República Dominicana de vacaciones y quisimos conversar con él respecto al éxito que ha alcanzado como “pastero” en el restaurante Scarpetta del hotel Fontainebleau, en Miami Beach.

Su testimonio nos afirma que cuando se quiere se puede, Roberto se fue a Nueva York en 2008 solo con sus dos manos y lleno de motivaciones, sin saber a ciencia cierta lo que tendría que trabajar en ese país, porque como él mismo dice no es “un hombre estudiado”.

Sin embargo, al llegar allí, nos cuenta, sin saber absolutamente nada de gastronomía fue recomendado por un hermano suyo, que sí es chef, para entrar al restaurante Scarpetta en Nueva York.

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“Yo nunca había estado en una cocina, y entré al restaurante supuestamente con algo de experiencia, yo legalmente tuve que decir una mentirita pequeña para lograr entrar al trabajo, pero entonces mi hermano me enseñó un poco, y así inició todo”, nos dice en entrevista exclusiva para Vivir.

Con todas sus ‘íes’, y trato pueblerino, propio de un Santiaguero, nos dice que rápidamente tuvo que aprender solo porque a los tres meses de estar en Scarpetta Nueva York decidieron enviarlo para el restaurante en Miami.

“Tuve que seguir avanzando yo solo, y mira, ya tengo 14 años en Miami y mis pastas son la sensación de todos los comensales que van allí, incluso de chefs pasteros de Alemania, italianos y de otras nacionalidades, ganadores de estrellas Michelín, que me han expresado su admiración por las pastas que elaboro, especialmente de manera artesanal, aunque algunas veces también las hago en máquinas”.

Afirma que su trabajo con las pastas ha tenido tanto éxito que en una ocasión fue un chef alemán con tres estrellas Michelín al restaurante para conocerle, él no estaba y al otro día volvió para manifestarle su sorpresa de que un dominicano haga pastas italianas de tanta calidad.

“Agradezco a Dios porque siendo inmigrante de un campo y sin estudios, mi trabajo ha sido exitoso y reconocido”.