Roberto regresó a La Victoria, donde estuvo preso, como reformador de lo penitenciario

Roberto regresó a La Victoria, donde estuvo preso, como reformador de lo penitenciario

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Mis afectos a mi querido compañero de seminario, le dijo Radhamés Gómez Pepín, director de El Nacional, a monseñor Juan Antonio Flores, presidente de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano, quien asistió al almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio para debatir la reforma carcelaria del país. A seguidas Roberto Santana, director de la Escuela Nacional Penitenciaria, apabullado por tantas muestras de afecto, le reclamó a Gómez Pepín que no le disminuyera su cuota de cariño.

Después de la presentación de los invitados, entre ellos tres expertos internacionales que participarán en el seminario «La Sostenibilidad de la Reforma Penitenciaria», que se efectuará el 5 y 6 de este mes, comenzó el análisis de la realidad carcelaria dominicana, de sus miles de sombras y dos centavos de luces.

Por más que se teorice, una anécdota de Santana vale más que mil palabras para describir el sistema carcelario local, tomando como muestra a la prisión de La Victoria.

«Cuando yo volví a La Victoria, después de estar allí en los 12 años de gobierno del expresidente Balaguer, por mis ideas políticas, no supe dónde quedaba la celda número uno del Pasillo de la Muerte , donde permanecí durante año y medio».

Lo quiere escenificar el exlider de la Federación Dominicana de Estudiantes (FED), y de la Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios (UNER), es que La Victoria es un pequeño infierno donde viven más de cuatro mil reclusos, en un ambiente donde la corrupción, en sus múltiples manifestaciones, es el pasaporte que les permite sobrevivir.

Pero no todo es tan patético, pues el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez Peña, ofreció detalles sobre la aplicación del nuevo modelo penitenciario en nueve de las 35 cárceles del país.

En esas prisiones no hay tráfico de influencias, drogas, armas y cientos de etcéteras que convierten a las restantes en fábricas de delincuentes, según manifestó Santana.

A una chica ácida le pareció que son extraterrestres los que manejan esas prisiones, pero Santana le despejó las dudas porque explicó que el personal a cargo de las mismas es reclutado por la Procuraduría, entrenado por la Escuela Nacional Penitenciaria, y sobre todo, recibe un salario que va de los RD$10,000 a RD$40,000.

Policías ni militares tienen la posibilidad de trabajar en esas prisiones porque, explicó el funcionario, no saben manejarse en este nuevo modelo.

¿Solamente por eso? Se preguntó un chico ácido al recordar que, en agosto de este año, el raso Luis Beriguete Otaño y el teniente José Montero, acompañaron al narcotraficante colombiano Jaime Alonso Calle Muñoz a un salón de belleza de Bella Vista Mall.

POBREZA Y DELINCUENCIA

Al encuentro del Grupo Corripio también asistieron Elías Carranza, director del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD); Denia Núñez, directora penitenciaria de la referida institución, y Johanna Sjowall, directora de programas del Instituto Raoul  Wallenberg, de Suecia.

En el contexto de  las políticas penitenciarias y de las causas de la delincuencia en América Latina, Carranza dijo que la injusta distribución del ingreso es lo que provoca el aumento de las actividades delictivas.

A su entender esa situación se puede revertir con la aplicación de una justicia transparente, y con la puesta en marcha de políticas sociales que permitan un mejor reparto de la riqueza.

Carranza expresó que llama la atención que a partir de  la década de 1980 parece que todo el mundo se volvió malo, violento o corrupto en la región, y desde ese punto de vista vincula esa situación con la ejecución de las políticas económicas neoliberales.

¡Que vivan Hugo Chávez y Evo Morales!, dijo un chico ácido que delira porque el comunismo o algo parecido, aunque ateo pero solidario, se empodere en este continente de desigualdades.

AGUA TATA, AGUA MAMA

Ni el agua que consumen las estrellas de Hollywood es tan cara como la que se vendía en la cárcel de La Victoria,  porque según el director de Prisiones, el general Juan Ramón de la Cruz Martínez, en los 52 colmados instalados en ese recinto, y que eran manejados por los presos, la venta de hielo y agua generaba alrededor de RD$100,000 mensuales, equivalentes a RD$1.2 millones al año.

Para terminar con esa gran estafa la Dirección de Prisiones eliminó los colmados, y en términos de la mejoría de la calidad de vida de los reclusos se inauguró una unidad de atención integral  y se habilitaron 34 camas para internamiento.

LAS COSAS BUENAS

Jiménez Peña manifestó que la Procuraduría General de la República adquirió 18 vehículos para el traslado de los reclusos a los juzgados, para eliminar la práctica de utilizar motoconchos y otro tipo de transporte.

El Procurador de la República también anunció que se construirán nuevas prisiones en La Vega, La Romana, San Pedro de Macorís y San Francisco de Macorís, las cuales serán integradas al nuevo modelo penitenciario que se implementa en el país.

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