Robinson Canó recitó un nombre tras otro: Derek Jeter. Alex Rodríguez. Gary Sheffield. Mariano Rivera. Jorge Posada.
A principios de su carrera, Canó militó junto a dichos jugadores y quedó asombrado con la manera en que esos exitosos Yankees lograron prosperar con 30 y tantos años. En aquel entonces, el dominicano era un veinteañero que acababa de llegar a Grandes Ligas. Su cuerpo estaba en condiciones óptimas. No tenía que preocuparse por la rigidez que eventualmente padecería con la edad
“Todos esos muchachos jugaron 16, 17,18, 19, 20 años en las Mayores”, señaló Canó. “Poder jugar todos los días, y no solamente jugar, pero rendir y jugar a un alto nivel … cuando eres niño sueñas con poder ser así cuando llega a esa edad. Porque nunca sabes qué aguarda el futuro”.
Ahora, Canó, quien cumplió 37 años en noviembre, es el jugador más veterano en el clubhouse de los Mets. Viene de una temporada en la que perdió bastante tiempo debido a lesiones de cuádriceps, corva y mano. Dejó una línea no característica de .256/.307/.428 en parte por su presencia inconsistente en la alineación.