Copenhague. EFE. El llamado Climagate’, un escándalo relacionado con el robo de correos electrónicos de la prestigiosa universidad británica de East Anglia sobre el cambio climático, ha levantado una ola de suspicacias en la cumbre de la ONU que se celebra en Copenhague.
Altos cargos de Naciones Unidas temen que quede desprestigiado el prolijo informe elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en 2007 sobre las consecuencias del calentamiento global para el planeta, a la luz de la información divulgada en esos mensajes electrónicos.
El presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, aseguró ayer que ese organismo no investigará, sino que analizará el contenido de los correos electrónicos robados por un pirata informático a un científico británico.
En una rueda de prensa, Pachauri matizó que el término investigación alude a que se ha hecho algo malo, mientras que el IPCC sólo quiere recabar datos y analizar la cuestión». No nos planteamos realizar una investigación y tampoco nos lo ha pedido nadie, manifestó. Pachauri ya criticó ayer, en la inauguración de la cumbre, a quienes recurren a acciones ilegales para desacreditar los trabajos contrastados.