Robo de ganado

Robo de ganado

Generalmente, las zonas fronterizas se prestan para las operaciones de bandas de delincuentes dedicadas a toda suerte de acciones ilegales. No extraña, por tanto, que en nuestra frontera haya una alta incidencia de actos reñidos con la ley, entre los cuales ha cobrado niveles graves la sustracción de ganado.

Las bandas operan indistintamente en el lado haitiano o el dominicano y viven en permanente trasiego de animales robados o sus carnes.

Por eso, resulta de gran alivio que el Presidente Leonel Fernández haya ordenado al Ejército Nacional acciones inmediatas para detener el robo de ganado en la zona de Dajabón.

Sin embargo, las acciones de los cuatreros no están limitadas a la zona de Dajabón y ni siquiera a la región fronteriza. El robo de ganado es una práctica que está afectando severamente a los criadores a nivel nacional.

Se producen frecuentes quejas por robo y sacrificio de ganado en perjuicio de criadores del Este, el Noreste, el Este y el Suroeste.

La Policía ha dado respuestas hasta donde le ha sido posible, pero las bandas parecen desbordar la capacidad de acción de las autoridades.

Sería de gran alivio que se refuerce la vigilancia en las zonas rurales donde son más frecuentes los robos de ganado, no sólo en la frontera o en Dajabón.

Ciertamente, las operaciones de los cuatreros son una seria preocupación para los criadores en todo el país, muchos de los cuales, inclusive, han optado por abandonar la actividad. Sería bueno que la orden impartida específicamente para Dajabón tenga alcance nacional, porque el problema realmente tiene esa dimensión.

Seguridad Social
Hay quienes persisten en el empeño de que la vigencia del Sistema Nacional de Seguridad Social continúe siendo una ficción inalcanzable para la familia dominicana.

No hay otra forma de interpretar los tropiezos y trabas impuestos desde que entrara en vigencia la Ley de Seguridad Social hasta nuestros días.

No parece haber manera de que el sector empresarial y las autoridades se entiendan para evitar que sucumba el Instituto Dominicano de Seguros Sociales, que debe ser garante de asistencia para un segmento importante de los trabajadores.

El doctor Bernardo Defilló, superintendente de Salud y Riesgos Laborales, ha dicho que están dadas las condiciones, incluso las económicas, para que sean iniciados este año el Seguro Familiar de Salud y el Plan Básico de Salud.

Su afirmación no deja dudas en cuanto a que las trabas que han retardado la vigencia de estos planes, y de todo el Sistema Nacional de Seguridad Social en sentido general, provienen de unas voluntades que no se resignan a entender que la desprotección social de los trabajadores y sus familias no puede continuar vigente en estos tiempos.

Por lo visto, las condiciones para que tal o cual cosa funcione solo están dadas cuando determinados sectores entienden que conviene a sus particulares causas.

La seguridad social, en su conjunto, no parece encajar en esas metas.

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