No se sabe con exactitud qué es lo que ocurre en el cerebro, pero se ha comprobado que este órgano tiene la capacidad de reestructurar parte de las funciones que ha perdido a consecuencia, por ejemplo, de un infarto cerebral.
Gracias a esta virtud, algunas de las partes del cerebro que siguen funcionando asumen las funciones de aquellas que han sido dañadas. Por eso, los médicos piensan que con movimientos altamente repetitivos se puede activar ciertas partes del cerebro para que le permitan a la persona que ha sufrido un infarto cerebral controlar los músculos que no podían mover antes o ganar más dominio de los mismos. En base a esta realidad, en el centro de rehabilitación de Baptist Hospital, de Miami, se está recurriendo a un tipo especial de robots que ayudan a pacientes de infarto cerebral a realizar movimientos altamente repetitivos que pueden traducirse en la reactivación de brazos y piernas inservibles.