BADAJOZ (España) (EFE).- El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, puso fin ayer oficialmente a la misión de la brigada Plus Ultra II en Irak, el contingente de soldados que España mantiene en ese país árabe.

Tras la disolución de esta fuerza militar, España ya sólo tiene en territorio iraquí a los efectivos integrados en la Unidad de Repliegue del Contingente Español (URCE), que se encargará de coordinar la retirada definitiva de las tropas de Irak.

Rodríguez Zapatero presidió la ceremonia de disolución de esta fuerza en un acto celebrado en una base militar cercana a Badajoz, en el oeste de España, a donde llegaron el miércoles los últimos miembros de ese contingente.

La brigada multinacional Plus Ultra, que contó con 1.300 soldados españoles, comenzó a ser desplegada en territorio iraquí el pasado mes de julio y en ella también se integraron efectivos procedentes de Honduras, Nicaragua, El Salvador y la República Dominicana.

La Plus Ultra II, que tuvo su sede en la ciudad iraquí de Diwaniya, al sur de Bagdad, reemplazó hace cuatro meses a los soldados de la brigada original enviada por España a ese país.

Durante la ceremonia de hoy, el primer acto castrense de Rodríguez Zapatero desde que llegó al Gobierno, se rindió un homenaje a los militares muertos en Irak.

Desde que se inició la presencia de las tropas españolas en territorio iraquí un total de once españoles, pertenecientes a diferentes cuerpos de la seguridad del Estado, han muerto en incidentes en ese país.

«Es el momento para recordar a todos aquellos que en esta misión, cumpliendo con su deber, apoyando a la brigada Plus Ultra, han perdido la vida o han sido heridos», subrayó el presidente del Gobierno.

Por su parte, el ministro de Defensa, José Bono, confirmó hoy que España no enviará nuevas tropas a Irak y recordó que antes de treinta días todos los soldados estarán de vuelta a España, con lo que «se cumple» el compromiso del nuevo Gobierno socialista por la paz.

Rodríguez Zapatero anunció el pasado 18 de abril, apenas 24 horas después de tomar posesión del cargo, la retirada de las tropas españolas de Irak, que fue ordenada por el anterior gobierno del conservador José María Aznar.

El presidente del Gobierno español confirmó el pasado martes, en una comparecencia ante el Parlamento, que antes del 27 de mayo todos los soldados de este país estarían fuera de territorio iraquí.