El sacerdote Rogelio Cruz reiteró ayer que no saldrá del país como han dispuesto sus superiores de la Orden Salesiana y que seguirá su labor a favor de los desposeídos del barrio capitalino de Cristo Rey y de los demás sectores pobres nacionales.

El religioso dijo, además, que en su caso «la suerte está echada», y que aunque ama mucho el sacerdocio, no está dispuesto a irse a España, pues se pasó meses recogiendo firmas para que se fuera de la República Dominicana, el consorcio español Unión Fenosa, en ese entonces propietaria de las Empresas Distribuidoras de Energía del Norte y del Sur (Edenorte – Edesur).

El sacerdote Rogelio reiteró su petición de que algún obispo le acoja en una de sus parroquias, «en un acto benévolo» y por lo menos durante un año, para poder continuar su labor a favor de los pobres.

Dijo que tiene órdenes de salir hacia España a partir del 10 de este mes, pero añadió que no saldrá de la República Dominicana, hasta tanto no se esclarezcan los motivos por los que se le quiere sacar de su lar patrio.

«Que la gente entienda y sepa que yo no salgo del país hasta que no se me den razones», recalcó el sacerdote.

Subrayó que su trabajo ha consistido en acercar la comunidad a la iglesia y la iglesia llevarla a la comunidad, a fin de que no haya separación ni división entre una y otra.

Indicó que la orden de abandonar la parroquia de Cristo Rey y salir del país, le fue entregada por el superior de la Orden Salesiana en el país, sacerdote José Pastor.

Empero, dijo que la única «motivación» que le han dado para que salga de la República Dominicana es que «entorpece el desenvolvimiento de la vida nacional».

Reiteró su denuncia de que sectores poderosos y del gobierno han presionado para lograr su salida del país.

El cura Rogelio ofreció sus declaraciones al participar en un juicio simbólico que se le hizo en el programa televisivo «Sábado de Corporán».

LA “CONDENA”

Al final del “juicio” contra el sacerdote Rogelio, el magistrado falló, “condenándolo” a no desmayar en su empeño por defender a los pobres y desposeídos que acuden en busca de su ayuda.

El cura también fue «condenado», «a defender su derecho a vivir en su país, a practicar y predicar entre los suyos los principios cristianos y a lograr la integración armoniosa entre la Iglesia y la comunidad».

Durante el «juicio», que se extendió por una hora, el cura Rogelio recibió la solidaridad del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, abogado Domingo Porfirio Rojas Nina y del médico Félix Antonio Cruz Jiminián, quienes ponderaron la labor social del religioso, sobre todo a favor de los más desposeídos.

Rojas Nina dijo que Rogelio se asemeja a un paradigma del bien, el amor y las cosas nobles y que «ojalá que en el país hayan cincuenta o cien padres como Rogelio, que luchen todos los días a favor de esos seres que se levantan por la mañana con un ¡ay Dios mío! en los labios y se acuestan con un rayo de sol en el estómago».

Manifestó que en lugar de ser trasladado para España, el sacerdote Rogelio merece el respaldo colectivo de la nación dominicana, “pues no ha violentado ninguna norma de la moral, ni la carta sustantiva de la nación, ni ninguna otra ley”.

El “juez” (Franklin Domínguez) «descargó» al cura Rogelio, de las acusaciones de «agitador social» y lo dejó “en libertad, para seguir trabajando por los demás, como ha sido su consigna y la suprema voluntad de Dios».

El productor del programa, Corporán de los Santos, «abogado» del cura, dijo que si en el país se habla de justicia, no se puede perseguir a aquellos que como Rogelio luchan contra los atropellos y que en los actuales momentos faltan muchos padres Rogelio.