El director de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo, Onofre Rojas, respalda que toda la geografía nacional sea agrupada en cinco grandes regiones para una mejor distribución del presupuesto y de la gestión de los servicios públicos, pero advierte el peligro de continuar creando nuevas demarcaciones territoriales, porque terminan en más burocracia estatal.
Rojas favorece el nuevo proyecto que conoce la Cámara de Diputados, destinado a dividir el país en las regiones Cibao-Norte, Cibao-Central, Metropolitana, Este y Sur-Oeste.
El especialista en temas de municipalidad y de división territorial expuso que lo que falta en el país es reconcentrar los territorios, como se propone en el proyecto de las Regiones Únicas de Planificación, para un nuevo sistema de planificación y la Ley de Ordenamiento Territorial.
“Una de las ideas es cómo concentrar los territorios en regiones. Sí tendría sentido que el país pueda tener cinco grandes regiones”, dijo. Señaló que antes de la colonización del país, la isla estaba dividida en cinco cacicazgos, por lo que entiende que los taínos tenían una división territorial más apropiada para el territorio.
Afirma que ahora, con las 32 provincias y los 158 municipios y más de 250 distritos municipales, “en términos de la planificación del territorio es una barbaridad”.
Regionalización más coherente. Rojas estima conveniente crear mancomunidades para reagrupar a los municipios. “No se resiste que se tenga todos esos territorios subdivididos, cada uno con sus propias administraciones. Se pretende que cada uno tenga su propia Unidad de Planificación. Se les exige a los municipios que tengan unidades de gestión ambiental municipal”. Lamenta que algunas de estas peticiones sean ilusiones, debido a que en ocasiones los munícipes no tienen capacidad ni dinero ni recursos humanos.
Otro inconveniente que encuentra Rojas es que cuando los territorios son extremadamente pequeños, no permiten hacer ningún proyecto de escala, sostenible. “Hace tiempo que debimos planificar mejor el territorio, regionalmente”.
Anima a volver al principio que se ha perdido en el territorio.
A mayor cantidad de territorios, peor calidad de vida. Rojas señala que el país debió parar las nuevas elevaciones de territorios, porque cada municipio o distrito municipal que se crea, es una nueva división, “y no es verdad que eso le mejora la calidad de vida a la gente, al contrario”. En este punto, advierte que cada vez que se divide el territorio dominicano, se dividen los recursos y crece la administración de las instituciones del Estado, se eleva la burocracia, y eso implica más gastos en recursos humanos, que no necesariamente se rentabiliza en inversión.