El ministro de Salud Pública llamó los diferentes países a imitar el ejemplo ético de la República Dominicana, mostrando solidaridad ante las últimas emergencias sanitarias que han afectado la isla La Española y el mundo.

El doctor Bautista Rojas Gómez dijo que la salud es muy sensible porque está vinculada a un derecho humano en el que, en todo momento, debe expresarse la solidaridad, especialmente a favor de los segmentos poblacionales más vulnerables.

Dijo que la República Dominicana ha tenido tres experiencias que le han dado la oportunidad de actuar solidariamente, apegada a principios éticos: la pandemia de influenza H1N1, en el 2009; el terremoto de Haití, 2010; y la epidemia de cólera que penetró a ese país a finales del año pasado.

“En cada una de esas situaciones nuestro país ha actuado de manera solidaria porque, en el caso del hermano pueblo haitiano, hemos dado lo que nos ha faltado, como vacunas, medicamentos e insumos para atender a los que han requerido de servicios sanitarios”, expresó.

Rojas Gómez se expresó en esos términos al dar bienvenida en la inauguración del “Simposio sobre la Integración de la Etica en la Planificación de la Influenza y otras Enfermedades”, con la participación de expertos de América Latina. La actividad, la cual concluye el viernes, es organizada por la Red Mundial de Programas de Epidemiología e Intervención, y la colaboración de la Oficina Panamericana de la Salud y del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta.

Consideró que la República Dominicana ha sido un ejemplo a seguir acerca de las respuestas pertinentes, acordes a las características de un mundo globalizado.

A juicio del ministro de Salud Pública dominicano, se impone que todos los países sean éticamente solidarios y moralmente incuestionables ante los graves problemas de inequidad social que aún persisten en el mundo, sobre todo en América Latina.

Dijo que en caso de una pandemia de influenza u otras emergencias sanitarias, las naciones, especialmente las de recursos económicos limitados, se enfrentan a decisiones muy difíciles y a cuestiones éticas fundamentales relacionales con aspectos críticos, como la priorización de acceso a medicamentos, vacunas y cuidados intensivos, dada la escasez de esos recursos.

 Precisó que hay que establecer con claridad las obligaciones que los países pueden tener, el uno al otro, respecto a la planificación de intervenciones y los esfuerzos de respuesta en situaciones de emergencia.