La descentralización de dos de las nueve regiones que tiene la secretaría de Salud Pública constituye una especie de revolución en el sistema, pero implica un reto para la comunidad y los poderes locales. Así lo consideraron ayer funcionarios de Salud Pública y gerentes de las regiones IV y VI, las cuales ya no dependerán de la cartera para nombrar su personal y hacer compras menores.
Al tema se refirieron los doctores Bautista Rojas Gómez, secretario de Salud; Roberto Peguero, director de Servicios Regionales, Bolívar Matos, de la regional VI, de San Juan, Elías Piña y Azua, y Freddy Hidalgo, gerente de la región IV que comprende La Vega, Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez.
Esto es todo una revolución en materia de salud, eso permitirá que Salud Pública haga su labor de rectoría y los poderes locales cumplan con las necesidades sanitarias de los moradores de comunidades que ellos conocen bien, dijo Rojas Gómez.
El proceso que comenzó en esas dos regiones fue iniciado el primero de julio y consiste en que Salud Pública transfiere poder a sus gobiernos locales y de esa forma intervienen las comunidades, explicaron los funcionarios.
Empoderamiento
La transferencia de poderes implica que las autoridades de Salud de cada comunidad podrán identificar la cantidad de habitantes y de esa forma se tiene registro de lo que padece cada uno y la forma de garantizar el tratamiento. Matos, de la región VI, mostró a los periodistas, en un mapa, la forma en que están organizados los comunitarios en las Unidades de Atención Primaria (UNAP).
Con colores diversos los médicos de las dos regiones descentralizadas identifican cada una de las patologías, por familias y se llenan las fichas ya establecidas por el sistema sanitario.
La inversión
Se estima que el país necesita más de mil UNAP, mientras el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo requieren por lo menos 300 centros.
La transferencia
La transferencia de poder a las dos regiones que comprenden provincias del Cibao y del Sur implicará un cambio profundo, coincidieron todos los gerentes del sistema.
Se trabaja desde ya para que las dos regiones puedan manejar con criterios de su región el presupuesto.
Sin embargo, el proceso implica trabajar por objetivos y rendir cuentas al final del proceso.
Expresan que ya pasó la época de los presupuestos históricos.
La doctora Tirsis Quezada, directora de Modernización Institucional de Salud Pública, aseguró incluso que el próximo presupuesto de la institución tendrá que ser conforme a rendición de cuenta.
Tanto Quezada como el subsecretario Nelson Rodríguez Monegro, afirmaron que este proceso dará un mayor nivel de participación a las comunidades.
Trabajamos para que en los presupuestos de los años 2010 y 2011, esas regiones y otras que se irán incorporando a la descenbtralización puedan manejar el presupuesto, de acuerdo las necesidades de los miembros de sus comunidades, coincidieron.
En la organización sanitaria de las dos provincias descentralizadas se organiza a las comunidades en UNAP. Cada una de ellas tiene en su haber de 500 a 700 familias.
El gerente de la regional VI, doctor Hidalgo, se refirió a la mejoría significativa de indicadores de calidad en los servicios de salud como es la mortalidad materna.
El año pasado la regional registró 11 muertes maternas y en lo que va de año se han registrado dos.
Las comunidades lejanas están organizados en Unidades de Atención Primaria (UNAP).