Rokash y otros desechos: el reto ambiental para los próximos decenios

Rokash y otros desechos: el reto ambiental para los próximos decenios

La recepción por parte del país de desechos con permiso o anuencia de las autoridades, en este caso de rokash, es sólo uno de los grandes retos ambientales transfronterizos que tendrá República Dominicana en los próximos años.

La Convención de Basilea, de marzo de 1989 y de la cual el país es suscribiente, en su preámbulo advertía de manera premonitoria el problema que en esta década iban a tener los “países subdesarrollados”, respecto al depósito y los desechos producidos por los “países desarrollados” derivados de sus actividades industriales, El problema se resume en la siguiente pregunta: ¿Qué hacer con tantos desechos?

El desarrollo tiene su costo ambiental. En el caso del rokash, que no es más que cenizas del carbón mezcladas con carbonato de calcio, producto derivado del residuo de combustibles a base de carbón de termoeléctricas, es producido por toneladas en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

La gran cantidad no encuentra suficiente espacio para ser depositada ni siquiera en la empresa que lo produce que es la AES en Guayama, Puerto Rico, por lo que es necesario exportar el desecho y tratar de aprovecharlo, en este caso en la industria de la construcción.

Es preciso señalar que no puede ser fácil el almacenaje de miles de toneladas de rokash.

Países como República Dominicana, con una ley ambiental prácticamente nueva, y con pocos precedentes en el manejo de desechos transfronterizos, parecen lugares ideales debido a la escasa supervisión, la facilidad de asociación con algunos individuos con influencia política y posibilidad de participar en un negocio que parezca rentable, entre otras cosas.

También influye lo económico: la misma empresa que trajo el rokash, Silverspot Enterprises, contratista de la planta de generación AES, expresa en un comunicado en espacio que “este país ofrece ventajas comparativas frente a Puerto Rico, origen de este rokash, donde la mano de obra, almacenaje, transporte y otros costos, son significativamente mayores, y estos motivos fueron fundamentales en la decisión de Silverspot para invertir en Repúbica Dominicana”.

La compañía tiene razón. En un país que sea riguroso con las normas ambientales, como es el caso de los Estados Unidos y por vía de consecuencia Puerto Rico, las exigencias para el almacenaje y depósito así como la mano de obra calificada para manejar el rokash, son altamente costosos.

En el preámbulo de la Convención de Basilea se destaca la necesidad de que los Estados deben de tomar las medidas necesarias para que los manejos de los desechos peligrosos y otros incluyendo sus movimientos transfronterizos y su eliminación, sean compatibles con la protección de la salud humana y el medio ambiente, cualquiera que sea el lugar de su eliminación.

También se previó una necesidad en crecimiento, de desarrollar movimientos transfronterizos de desechos en particular destinados a los países en desarrollo.

Asimismo,la urgencia de seguir aplicando tecnologías ambientalmente racionales que generen escasos desechos, medidas de reciclado y buenos sistemas de administración y manejo que permitan reducir al mínimo la generación de desechos peligrosos y otros desechos.

El rokash depositado tanto en la bahía de Samaná como en Manzanillo, fue traído sin tomar en consideración las normas ambientales..

El almacenamiento seguro de estos desechos es muy costoso. Se requieren millones de dólares para adecuar un lugar, lo que incluye la impermeabilización total del suelo, canales de drenaje y un personal especializado, por lo que empresas que no tienen el más mínimo criterio de seguridad ambiental optan por almacenarlo al aire libre porque así resulta más barato.

Si estos residuos son almacenados en ambientes abiertos constituyen un peligro si se ponen en contacto con el aire y el agua.

Por ejemplo, si se pone en contacto con las aguas de lluvia los residuos penetran en la tierra y afectan los recursos hídricos.

También en el caso de que estén almacenados al aire libre cerca de costas, pueden afectar los recursos marítimos.

Tanto es así que en el mismo permiso que otorgó la Subsecretaría de Gestión Ambiental de la Secretaría de Estado de Medio Amiente se exigía a la compañía promotora “manejar adecuadamente los residuos sólidos generados de la limpieza y adecuación del terreno, evitando la acumulación”.

Además se exigía una debida comunicación con los establecimientos o viviendas que pudieran resultar afectados por las actividades del referido proyecto, para informarles sobre el alcance del mismo y las medidas de adecuación ambiental que se implementarán.

Esta última condición tampoco fue cumplida porque prácticamente la población de Samaná ni sus autoridades, como la gobernadora ni el senador de la provincia, fueron consultados, ni mucho menos la comunidad.

Al parecer habrá rokash para mucho rato. Muchas centrales térmicas utilizan el carbón porque resulta más barato.

Cuando se creía que el carbón estaba de capa caída en el mundo, ha sucedido lo contrario: representa el 25 por 100 del consumo energético mundial, además de que sus reservas son superiores a los de otros combustibles.

Según el Consejo Mundial de Energía, el carbón tiene alrededor de 1.031.610 millones de toneladas y hay carbón para por lo menos 250 años.

Sin embargo, el carbón es el más caro desde el punto de vista ambiental, contiene un 17 por 100 de más carbono que el petróleo y un 43 por 100 más que el gas natural, por tanto es el mayor responsable de emisión de CO2 a la atmósfera.

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