Por: Ronny de la Rosa, periodista.
El rol de los medios en la guerra hibrida y la época de las «Fakes News». El poder de la comunicación, tiene la virtud de calar en la mente de las personas, en la que una mentira o verdad a medias, puede convertirse en una realidad si es bien elaborada y difundida.
Es así como los Nazis, hicieron creer a millones de alemanes, que exterminar etnias “Impuras” estaba justificado en la salvación de su raza…la “Raza pura”.
Esta “Realidad” fue bien aprovechada y explotada por el encargado de propaganda del gobierno de Adolf Hittler, Joseph Goebbels, quien, a través de la manipulación, vendió un ideal aberrante, que fue comprado por muchos.
En la era de las noticias falsas (Fake News) y el pseudo periodismo, conocer las realidades de la guerra, se constituye en una travesía cuasi surrealista, que nos remonta a aquellos años en los que los nazis manipulaban la información a su antojo.
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La lucha de intereses de naciones, extrapoladas a los medios de comunicación, crea un vacío informativo, que es aprovechado por terceros, para desinformar a la población deliberadamente.
Esta realidad se fortalece bajo la premura de estrategias diversas, en medio de la “Guerra hibrida”, encaminada a atacar al enemigo, no solo en el terreno de combate, sino también, en las injerencias diplomáticas, cibernéticas, comunicacionales y comerciales.
Es por ello que, probablemente, un ciudadano en cualquier parte del mundo, obtenga tres enfoques diferentes sobre una misma situación.
Al día de hoy, el bombardero constante de información sobre el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, presenta un trato abismalmente diferente entre la literatura prorrusa y proucraniana.
Es así como, mientras Occidente muestra la crueldad de la guerra, con muertes, sangre y separación de familias, es normal ver cómo medios afines al Kremlin, levantan la bandera del “Nacionalismo”, para justificar su accionar “Patriótico”.
Allí es donde entra en juego el tercer beligerante, que, aprovechando la necesidad de “Información” de un mundo cada vez más globalizado, utiliza las noticias falsas para generar divisas, alterando la realidad y el “Status Quo” de los consumidores.
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Esto sin dudas, constituye una amenaza para la comunicación, ya que mientras algunos bandos salvaguardan sus propios intereses, otros solo pescan en rio revuelto, con la desinformación como carnada.
Ahí es donde entra en juego la magia de un periodismo responsable, que puede presentar la realidad, sin basarse en intereses marcados o la manipulación de información.
En un lenguaje simplificado, mientras algunos medios resaltan: “Convoy ruso de 64 kilómetros de longitud penetra Ucrania”, otros, aliados a Moscú, pudieran indicar “Rusia despliega arsenal para defender sus ciudadanos en Ucrania”.
Ambos tienen una pizca de realidad, pero adecuada a sus propios intereses, que inmediatamente convierten al medio en un ente parcial y no objetivo.
La historia siempre será mostrada desde la óptica del escritor, quien no necesariamente será neutral, por lo que los medios de comunicación deben provocar el contrapeso, para evitar caos innecesario o sentimiento de odio por algo que fue manipulado de manera premeditada.