Ronaldo Edgar Dunlop

<p>Ronaldo Edgar Dunlop</p>

POR INGRIS LEYBA
De niño soñó con ser astronauta, capaz de descubrir el universo, ver más allá de lo que el humano común divisa y descubrir un mundo de constelaciones tan amplio como su imaginación, pero cuando el futuro se hizo presente, comprendió que su atracción por las culturas foráneas siempre fue superior a una amplia formación en matemática y física.

Una infancia provista de estudios, unida a una vocación innata, facilitó el tránsito hacia la diplomacia, vínculo que no llegó a romperse jamás, porque  decidió escuchar el silencio de su corazón, que le dictaba una orden superior mostrándole los pasos de su elección personal.

Definitivamente el gran poder del ser humano está en su capacidad de tomar decisiones, las mismas que siempre fueron apoyadas por sus padres, Edgar Raúl Dunlop y Mary Monteiro, de quienes asegura aprendió mucho de lo que es en la actualidad. “Mi actitud frente a la vida, la honestidad, integridad, la preocupación por los estudios, la buena educación y todos esos valores positivos que los padres buscan transmitirles a sus hijos”.

De hablar pausado y pensado, y con una expresión de extranjero indiscutible, se entristece cuando recuerda la muerte de su papá y de su hermano Raúl Eduardo, pero como el ave fénix, resurge en la alegría, y entonces sus ojos azules como el mar Caribe al que adora, se tornan diferentes.    

Está casado con Regina Cordeiro de Dunlop, a quien conoció en el Ministerio Diplomático de Brasil, con ella comparte además del amor, su vocación diplomática, juntos procrearon a Marcos Edgar Dunlop Cordeiro, quien en la actualidad se desempeña como administrador de empresa de Telecom en Brasilia.

Al hablar de su infancia recuerda con entusiasmo sus viajes a la playa, ”aprendí a nadar con mi papá, fue una infancia muy buena porque mi familia estaba bien, afortunadamente estable, además crecí con los mimos de mi abuela materna, Ilda Monterio de Barros, quien vivía con nosotros”.

En la adolescencia, asegura que se portaba muy bien, pero que era muy curioso, sentía fuerte atracción hacia la vida en otras culturas y el saber cómo eran los otros países.

En una ciudad y dos mundos

En 1970, cuando inició sus servicios diplomáticos en Río de Janeiro, fue trasladado junto a su promoción a Brasilia, capital de Brasil, que para ese  entonces estaba en plena construcción, lo que a su juicio constituyó su primer reto profesional, y es que pasar de las comodidades a las que estaba acostumbrado a un lugar con tanta precariedad lo colocó de frente con su espíritu de lucha y supervivencia, elementos imprescindibles en el trayecto hacia al éxito.

Concluida su experiencia como tercer secretario en Brasilia, en 1973 fue enviado a su primer destino como embajador oficial: La República Federal  Alemana, que al término de la Segunda Guerra Mundial estaba divida por el controversial muro de Berlín, “estaba en una ciudad y dos mundos -dice- , requería de dinero diferente en el mismo país, yo residía en Alemania Oriental y para ir al lado Occidental tenía que pasar rigurosas medidas de seguridad”.

Unos años más tarde empaca sus maletas hacia su nuevo rumbo, Portugal, y por casualidad o destino, a su llegada se encontró con la revolución portuguesa. Y allí estaba. Envuelto en el resultado de la reacción militar portuguesa ante los movimientos nacionalistas y rebeliones armadas que surgieron en las colonias africanas.

 “Era un país colonialista y hubo un gran golpe y nueva vez me toca estar en el centro de un país dividido en dos”.

Pese a haber vivido en medio de las esperanzas y desesperanzas que generan los conflictos bélicos, Ronaldo Edgar Dunlop sigue creyendo en la paz, comprendió que muchas veces las personas son arrastradas por circunstancias ajenas a su voluntad, colocándolos en situaciones difíciles, pero que en general todos tenemos las mismas aspiraciones: vivir bien, en paz y con ciertas comodidades.

Pasión por lo que hace

“ Lo que más me gusta de esta carrera es conocer personas diferentes y otras culturas; por ejemplo, yo soy católico pero mi carrera me llevó a Pekín en China o Arabia, donde todo tiene un significado diferente, y eso me enseñó a ver la vida desde otra perspectiva, pero también he vivido en países como Portugal, República Dominicana y Argentina, que son culturalmente parecidos a Brasil”.

Manifestó que el éxito de su carrera diplomática está vinculado a la naturaleza de sus funciones y actuar como un mediador entre su país y la nación en la que está acreditado.

Perfil

Ronaldo Edgar Dunlop nació en Río de Janeiro, Brasil, donde realizó sus estudios primarios en  la Escuela Andrews y los secundarios en el Ginásio Brasileiro de Almeida. Su padre Edgar Raúl Dunlop fue director industrial y su madre Mary Monteiro ama de casa..c.Edgar Dunlop nació en Río de Janeiro, Brasil, donde realizó sus estudios primarios en  la escuela Andrews y los secundarios en el Ginásio Brasileiro de Almeida. Su padre Edgar Raúl Dunlop fue director industrial y su madre Mary Monteiro ama de casa.;

Está casado con Regina Cordeiro de Dunlop, con quien procreó a su único hijo, Marcos Edgar Dunlop Cordeiro, quien en la actualidad se desempeña como administrador de empresa de Telecom en Brasilia.

Estudios superiores

Derecho en la Universidad Católica de Petrópolis, (ciudad de Pedro) y posee un posgrado en diplomacia de la Escuela Diplomática de Brasil.

Experiencia laboral

Tercer secretario en el Ministerio Diplomático de Brasil, embajador en Alemania del Este, Portugal, África, Argentina, Arabia, Londres, China y actualmente en República Dominicana.

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