Al concluir las defensas técnicas de los seis acusados del caso Odebrecht sus discurso de apertura, el principal imputado del juicio, Ángel Rondón, subió a estrado para explicar su versión de los hechos y señalar alegadas imprecisiones e inconsistencias del expediente que formuló el Ministerio Público.

Su relato ante el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional comenzó con sus orígenes en su natal Higüey y su traslado a Santo Domingo en 1962 para emprender una vida de negocios en los sectores de la construcción, financiero y agropecuario.

Un sábado de 2001, narró Rondón, recibió una llamada del entonces embajador de Brasil, quien le dijo que quería reunirlo con unos ejecutivos brasileños de la empresa Odebrecht.

Indicó que el año siguiente hizo su primer trabajo para Odebrecht, que estaba relacionado con la construcción del Acueducto de la Línea Noroeste.

Explicó que recibía como honorarios por concepto de representación un 2% de las obras que Odebrecht conseguía en el país, pero que en el caso de la Central Termoeléctrica Punta Catalina solo obtuvo un 1%.

En enero de 2017, continuó su relato, fue citado por el entonces el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, pero un día antes el funcionario anunció que habían identificado a quien distribuyó los US$92 millones en sobornos.

Agregó que en el interrogatorio con miembros del MP que duró unas 12 horas, estos le pidieron que entregara todas las informaciones que confirmaban su relación con Odebrecht.

El imputado aseguró que ofreció todos esos datos y que, para su sorpresa, fueron estos los que el órgano acusador empleó para instrumentar la solicitud de medidas de coerción en contra de él y el resto de los primeros investigados.

Añadió en su narración que el procurador Rodríguez le propuso un acuerdo para involucrar a políticos perremeístas, pero que al final lo rechazó.

Afirmó que el delator Marco Cruz, exgerente de Odebrecht en el país, mencionó en su delación a 28 personas, el doble de las 14 que las autoridades sometieron al principio.

Después señaló las alegadas imprecisiones y contradicciones del expediente, como el momento en que conoció al coimputado Andrés Bautista y el monto de los pagos presuntamente destinados a sobornos.

Discursos de apertura. Durante la exposición de los discursos de apertura del juicio, la abogada Emery Rodríguez, defensora de Rondón, sostuvo que la cantidad de pruebas de la que se jacta el MP (más de 1,700) no es suficiente para probar una culpabilidad.

Miguel Valerio, abogado de Víctor Díaz Rúa, criticó que el MP no fuera específico sobre las circunstancias en las que habrían sido repartidos los sobornos.

Edward Veras, representante de Conrado Pittaluga, aseguró que su cliente no tenía motivos para ser sobornado, dado que este se comprometió mediante contrato a no recibir ningún centavo de Odebrecht hasta que concluyera la obra para la que fueron requeridos sus servicios legales.