Ropa interior masculina, un nuevo y codiciado mercado

Ropa interior masculina, un nuevo y codiciado mercado

PARIS, AFP – Unos son cerrados, otros tienen bragueta, la apertura puede ser vertical u horizontal o llevar unos recatados botoncitos; luego están los calzones holgados o ajustados, los calzoncillos y los eslips, y toda una variedad de strings y tangas.

Este es el nuevo y magnífico mundo de la ropa interior masculina, paños menores que se reducían antes a sencillas prendas de algodón blancas y ahora representan un codiciado mercado de nuevos colores, diseños y fibras sintéticas, algunas con la suavidad del raso, con encajes y adornos brillantes propios de la lencería femenina.

El volumen de ventas de la ropa interior masculina en Francia rondó el año pasado los 447 millones de euros, menos del 20% del negocio de la lencería femenina, pero las perspectivas son muy prometedoras, dijo Nathalie Generrat, autora de un reciente estudio sobre lencería para el Instituto Francés de la Moda (IFM).

«Esperamos un desarrollo significativo del sector gracias a la gran variedad de la oferta», indicó. «Las generaciones más jóvenes tendrán otra manera de comprar».

Aunque la ropa interior francesa y alemana tiene más variedad que en otros sitios, el margen de expansión en estos dos países europeos es muy alto: un francés se compra tres calzoncillos al año, la mitad, sino menos, que un estadounidense.

«Los hombres se cuidan más, se visten mejor. Está en marcha un cambio generacional», asegura Generrat.

En París están proliferando las tiendas pequeñas de lencería para todo tipo de clientelas. Michel Laurent abrió «Aux Garçons Martyrs» hace año y medio en un distrito céntrico y familiar de la capital. Le va muy bien. «Tenemos clientes de 18 a 55 años», explica.

«Los strings son lo que mejor vendemos», precisa. «Mucha gente normal y corriente busca algo especial para una noche particular».

Pocos conocen mejor las intimidades del guardarropa íntimo masculino que Georges Derennes, jefe de compras desde hace doce años del departamento de ropa interior masculina en los grandes almacenes Galeries Lafayette.

«Desde que empecé se ha producido una revolución», explica este quincuagenario, verdero gurú en la materia. «Hace diez años, todos llevaban ropa interior holgada de algodón blanco», recuerda.

Ahora, la ropa interior masculina se reparte en tres categorías, los clásicos, la lencería más sugerente y lo que llama «entre ambas», con frecuencia los mejores clientes.

«Los strings están de moda, les siguen los Shorty (calzones ajustados), más elegantes y cómodos que los string, y los terceros productos más vendidos son las nuevas camisetas de tejidos sintéticos sofisticados, prenda interior y a la vez perfecta para fiestas», detalla Derenne.

[b]Mercado masculino[/b]

Igual que la lencería femenina, la ropa interior para hombre es ahora un sector de la moda con vida propia que interesa a grandes nombres, como Calvin Klein, un pionero en la materia, Armani, Versace, Diesel o Dolce&Gabbana.

Según el Instituto Francés de la Moda, dos tercios de compras de ropa interior masculina las realizan mujeres, pero el porcentaje se está inclinando lentamente a favor de los clientes masculinos.

«Cada vez son más los hombres que se compran la ropa ellos mismos», dice Olivier Josserand en nombre del mismo departamento de los grandes almacenes Printemps. «Y como la demanda está aumentando, las grandes marcas lanzan más colecciones específicas para hombre».

«El mercado masculino es un territorio aún por conquistar, puede que sea menos próspero que el mercado de la lencería femenina, pero está en plena expansión».

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