Roque Dalton o la vida de un cínico que llegó al parnaso

Roque Dalton o la vida de un cínico que llegó al parnaso

POR FÁTIMA ÁLVAREZ
Nacido el 14 de mayo de 1935 en San Salvador, Roque Dalton logró con los escasos 40 años que contaba a la hora de su muerte, pasar a ser parte de la memoria colectiva de los salvadoreños.

Fogueado en las lides revolucionarias, Dalton no fue un poeta hecho al vapor: su trashumancia por disímiles espacios geográficos, cedieron a Dalton una visión del mundo, que le permitió observar con mayor claridad y limpidez lo pequeño del entorno.

Desarrollado como poeta del surrealismo, Dalton ha sido acusado por más de uno de retórico y, por lo tanto, de exponer sobre el papel palabras sin vida y sin sentido propio. Pero aún los que le acusan de esto reconocen que sólo ocurrió en una pequeña parte de su proceso de creación literaria.

Calificado de irreverente y con cierto cinismo en su lenguaje, Roque Dalton supo reírse de sí mismo a través de su obra, aunque enfocó con bastante seriedad el convulso mundo que le rodeaba.

La misma irreverencia de su poesía favoreció el que rompiera con algunos esquemas de la poesía salvadoreña de entonces, cuestionando lo tradicional y manifestando su inconformidad con lo establecido.

Vivió en el exilio por muchos años, gran parte de estos en países socialistas que alimentaron su rebeldía y bruñeron su espíritu.

De figura desgarbada, enclenque y vivaz, Dalton sobresalió entre los miembros de la “Generación comprometida”. Cultivado en la poesía nerudiana, de Miguel Ángel Asturias y Pedro Geoffroy Rivas, la vida literaria de Dalton se debatía entre el amor al amor y el amor a la política.

Su corta pero intensa vida lo llevó de aquí para allá, dando la vuelta al globo terráqueo y fomentando un estilo de poesía que más que global o local, era, como señalan sus ensayistas, “glocal”, porque unía lo universal con lo aldeano otorgándole un sentido propio y nuevo con sabor particular.

Dalton muere el 10 de mayo de 1975, a cuatro días de celebrar su cuarto decenio, en un asesinato con muchas aristas por descubrir, pero en lo que a todas luces primaba el interés de acallar su poesía. Para que ya no más pastaran héroes en su jardín.

A su muerte, Roberto Armijo, ensayista sobre la vida de Dalton, escribió: “Roque Dalton ha muerto. El poeta, el revolucionario consecuente, el intelectual brillante y combativo, el hombre generoso y cordial, murió monstruosamente asesinado por un grupillo de desviados extremistas pequeño-burgueses, que no encontraron otra forma de oponerse a su palabra enérgica y segura, que cortándole la vida… Un día vendrá en que los libros y poemas de Roque Dalton, serán leídos y cantados por la juventud salvadoreña… Sus asesinos, desde ahora están ya signados por la historia como cobardes asesinos de un poeta”.

Dalton publicó una vasta obra poética: Mía junto a los pájaros (San Salvador, 1957), La Ventana en el rostro (México, 1961), El Mar (La Habana, 1962), El turno del ofendido (La Habana, 1962) Los Testimonios (La Habana, 1964), Poemas (Antología, San Salvador, 1968), Taberna y otros lugares (Premio Casa de las Américas, Cuba) (La Habana, 1969), Los pequeños Infiernos (Barcelona, 1970).

Entre sus ensayos se encuentran César Vallejo (La Habana, 1963), El intelectual y la sociedad (1969), ¿Revolución en la revolución? y la crítica de la derecha (La Habana, 1970). Miguel Mármol y los sucesos de 1932 en El Salvador (1972) y Las historias prohibidas del pulgarcito (México, 1974).

Póstumamente se publica su novela Pobrecito Poeta que era yo (1981) y las obras poéticas: Los Hongos, Un libro levemente odioso (1989) y Contraataque.       

CICLO DE CHARLAS

Como parte de las actividades previas a la VIII Feria Internacional del Libro, que se celebrará del 21 de abril al 1 de mayo, la Secretaría de Estado de Cultura presenta un ciclo de charlas y conferencias sobre diferentes autores.

Esta vez, Roque Dalton subió al podio. De la mano de Luis Alvarenga, poeta y  ensayista salvadoreño, el público dominicano conoció más de cerca al que es considerado el Poeta Nacional de El Salvador.

Asesinado por sus conocidos en pleno auge de las ideas revolucionarias que revoloteaban por toda América en los años 70, Roque Dalton fue y supo ser un revolucionario de cuerpo entero.

Bajo el título de “Roque Dalton, el ciervo perseguido”, Alvarenga se manifiesta como un intenso seguidor de la figura de Dalton, a quien considera un autor fundamental para las letras latinoamericanas.

Reconocido con el premio Tendencias de Ensayo en 1998, Luis Alvarenga es autor del ensayo “El ciervo perseguido, biografía de Roque Dalton”. Ha publicado poesía en suplementos y revistas de El Salvador, Estados Unidos y Nicaragua. En el 2001 estuvo presente en la Bienal de poesía de Val-dee-Marne, Francia. Su trabajo ha sido antologado por Javier Alas, Ricardo Lindo y María Plumier.

“Me acerqué a la figura de Roque Dalton porque es un orgullo para los salvadoreños; constituye un autor fundamental para las letras latinoamericanas que con independencia de su importancia como poeta, jugó un papel importante en el desarrollo del pensamiento social de la región, así como su vinculación a los procesos revolucionarios de vanguardia”, señaló Luis Alvarenga, al referirse a su trabajo sobre Dalton.

Alvarenga fue presentado en el ciclo pre inaugural de la Feria del Libro, por Pedro Conde Sturla, escritor y crítico. Para la ocasión, la artista Yuly Monción presentó una instalación sobre la vida de Roque Dalton en el lobby del Museo de las Casas Reales, donde se dictó la conferencia.

Esta es la tercera actividad organizada dentro de este ciclo pre inaugural. Con anterioridad se realizó el coloquio “La literatura dominicana de la diáspora” y “Leer el Quijote”.

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