POR MANUEL JIMÉNEZ
Rosa Ng nació en Santiago, pero desde muy pequeña viajaba con frecuencia a la capital junto a sus padres para visitar a unos familiares que residían en la Avenida Duarte, entonces José Trujillo Valdez. En el tramo comprendido entre la Benito González y la avenida Mella se habían establecido varias familias chinas, algunos de cuyos troncos llegaron al país a principio del siglo XIX. Hoy, Doña Rosa, como le llaman sus amigos, recuerda con una mezcla de nostalgia y alegría aquellos tiempos, pero ha querido que esos recuerdos no queden en el olvido y en la actualidad impulsa un ambicioso proyecto que crearía el primer Barrio Chino en la República Dominicana, con características similares al popular «China Town» del Bajo Manhattan, en Nueva York.

El proyecto, que ya cuenta con la anuencia del Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Secretaría de Estado de Turismo, pero muy especial y fundamentalmente de la colonia china, estará comprendido en la avenida Duarte, entre la Benito González y La Mella, teniendo una etapa de preinversión ascendente a US$3.5 millones, nos dijo Rosa NG.

«Cuando yo vine a Santo Domingo apenas era una niña. Yo recuerdo que mi padre, Francisco NG, llegó en los años 20 a la República Dominicana. Era cantonés y venía a visitar la familia que residía en la Duarte con Barahona, en la Casa Bienvenido», relata Rosa.

Recuerda que para entonces ya residían en esa zona varias familias chinas, entre ellas la Sanz, la NG y la Cheng. «En esa zona se daban una serie de acciones que de una u otra manera nosotros estábamos integrados en una comunidad china», dice.

En sus oficinas de la Fundación Flor para Todos, una institución sin fines de lucro a través de la cual se promueve el proyecto del Barrio Chino, Rosa Ng nos explicó que no solo la colonia china se ha involucrado en la iniciativa, sino que se ha involucrado al representante de la Oficina Comercial de China Continental, así como al embajador de Taiwán.

«no es un proyecto político, sino cultural de la colonia y por tanto una China como la otra están colaborando», aclara la promotora de la iniciativa. En el diseño del proyecto han trabajado durante gran tiempo arquitectos, ingenieros y paisajistas chinos, varios de ellos de origen dominicano que han residido y conocen a la perfección la zona

Una parte esencial del Barrio Chino de Santo Domingo, será el hermoseamiento de las fachadas y frentes de algunas viviendas y locales comerciales de la Avenida Duarte y de la calle Benito González, y de manera especial el marcado entorno con dispositivos en términos del arte y la cultura china, a ser altamente resaltados, tales como explica paseos, cabinas telefónicas, iluminaciones, zafacones, etc, explica la promotora del proyecto.

Se prevé la construcción de una entrada principal, también denominada como Pórtico Chino o Gran Puerta, símbolo típico de esta antiquísima cultura, que delate de forma inmediata la presencia de la comunidad china y anuncie la entrada o las puertas del Barrio Chino a todo visitante, sigue explicando Rosa NG.

Esta propuesta, además, explica NG, consiste básicamente en potenciar el lugar como el Barrio Chino de Santo Domingo, promoviendo el uso de letras orientales en los negocios ahí establecidos e incorporando la iconografía de esta cultura a la zona, dando a su vez a Santo Domingo un toque más cosmopolita y un gran empuje al área comercial de la Ave. Duarte.

Se persigue relanzar la zona con sentido turístico como Paseo Peatonal. Igualmente, «una amplia amalgama de filosofía y matices orientales clavados en pleno centro comercial de la ciudad de Santo Domingo resaltando la colocación estratégica de diversos ideogramas que destacan los pensamientos y presencia de la comunidad china.

Esta iniciativa surgió en Rosa NG al considerar algunos elementos muy esenciales, entre ellos, el hecho de que «en la República Dominicana la colonia china ha crecido y ha diversificado sus lazos parentales y sociales».

» Médicos, historiadores, cineastas, politólogos, cirujanos, editores, empresarios de zonas francas, dueños de lavanderías y supermercados, arquitectos, publicistas, escritores, dueños de casas donde la comida se convierte en el rito del encuentro, confluyen en una colonia que mezclada a los criollos, han sabido guardar la esencia de su raza y han trasmitido al entorno una sabia forma de vida, destaca NG.

En el pasado, la única dificultad que frenaba una iniciativa de esta naturaleza era que algunos dirigentes de la Colonia China estimaban que el costo de las viviendas en el área se encarecería mucho, pero este inconveniente ha desaparecido pues los orientales se han ido adueñando gradualmente de toda el área, dice Rosa Ng.

El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha rediseñado toda la avenida Duarte en el tramo comprendido entre la antigua calle París (27 de Febrero) y la avenida Mella, facilitando que en un futuro un amplio trayecto de la misma pueda transformarse en Paseo Peatonal.

Rosa Ng destaca que todos los planos y diseños, así como la estructura que se ha concebido apunta a montar allí «un gran centro cultural donde la colonia china tenga asiento y la familia china que tenga también sus oficinas, y los chinos se puedan reunir y celebrar sus conferencias, su idioma, instalar centros para instrucciones de artes marciales». El plan también incluye la remodelación de algunos locales, «áreas que queremos remodelar para fines de comercio e inversión comercial», explica.

El objetivo central es que el barrio China sea una gran plaza comercial, pero al mismo tiempo que se convierta los fines de semana en un paseo turístico.

Rosa no se conforma con agrupar a sus paisanos en una zona de atracción turística y comercial, sino que ha pensado que la iniciativa pueda convertirse también en un medio para que el país atraiga inversiones chinas, tanto de la China Continental como de la de Taiwán

Actualmente, la comunidad china en la República Dominicana está integrada por unos quince mil (15,000) chinos, y decenas de miles de descendientes de los primeros inmigrantes de dicho origen, que llegaron a finales del siglo XIX y principios del XX.