El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, destacó el impacto económico de las elecciones en el país, de tal manera que un mitin de cierre de campaña cuesta a un partido político 200 millones de pesos, y las fórmulas presidenciales que se creen con posibilidades gastan entre mil y mil 500 millones de pesos en la campaña.

Al exponer como invitado especial en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR) Rosario manifestó que el sistema electoral dominicano está diseñado de tal manera que no tiene piso ni techo para la financiación, tampoco para la propaganda y publicidad, donde define los ingresos y gastos como enormes.

Expresó que el impacto de ese activismo es indiscutible en el dinamismo de la economía, sobre todo en la informal, en los dueños de comedores, colmadones, vendedores ambulantes y todo tipo de actividades que se desarrollan en recorridos, lo que produce un derrame que permite que llegue “algo” a los sectores de menos ingresos.

Citó como ejemplo, la importación de equipos de tecnología, los cuales son utilizados desde la tradicional computadora hasta servidores de gran capacidad, procesadores, equipos de comunicaciones; producción local de maletas y bultos; la industria gráfica (afiches, folletos, cuadernillos, volantes, boletas, carpetas, etcétera). Además, la contratación de servicio de telecomunicaciones; servicios de transporte; importación de material gastable para el uso de los colegios electorales, como lapiceros, papel carbón, etcétera; publicidad y los medios de comunicación masiva; la industria cartonera; y el sector hotelero.

Reformas necesarias. Exhortó a una reflexión profunda sobre la necesidad de transformar el sistema electoral dominicano a partir de la conformación del nuevo Congresos que surja a partir de las elecciones del 15 de mayo próximo.

Consideró patológico conformarse con lo que existe, sólo pensar en reformas políticas desde la crisis y no desde la calma de instituciones que si bien es cierto están sustentadas en sólidas bases democráticas, exigen una lectura crítica de sus propios desempeños.

Sostuvo que pasadas las elecciones, es un tiempo único para una revisión profunda sobre las legislaciones electoral y de partidos políticos, para que ésta sea una decisión meditada.

Señaló que así como la sociedad transformó una parte importante de su matriz económica, también debe transformar todo lo que es su estructura política para aportar mayor equidad, seguridad, igualdad; y con ello una economía de mercado con profunda vocación humanista.

“La crítica al sector empresarial es no haber entendido que las reformas políticas no son tareas exclusivas de los políticos; no se le puede dejar solo a ellos, sino que debe ser de interés de toda la sociedad”, precisó Rosario ante el selecto público que lo escuchó.

Sostuvo que la integridad electoral es una responsabilidad de todos, la elección un acto colectivo, por tanto, las deficiencias e insuficiencias del sistema por el cual se eligen las dignidades, afecta al colectivo, por lo que compete a todos participar de sus soluciones.

Expuso que un proceso electoral íntegro requiere de la ausencia de distorsiones ilegítimas en todas sus fases, clave para unos resultados confiables, paradigma de estos tiempos.