Tras ser evaluado por la comisión especial del Senado, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), doctor Roberto Rosario, dijo ayer que aspira a ser ratificado en el cargo porque cuenta con el respaldo de la mayoría de la sociedad que valora su ejercicio en favor del desarrollo de esa institución y, sobre quienes lo adversan, expresó que con esa posición ejercen un derecho que les garantiza la Constitución de la República y las leyes adjetivas.
Manifestó que esas normativas establecen los perfiles de las personas que pueden ser miembros de la JCE, con los que él cumple, además de los que proponen organizaciones de la sociedad civil.
Significó que ha estado en esa institución desde el 14 de febrero del 2003, es decir, “más de 10 años al margen de todo tipo de actividad político-partidaria”.
“Les dije a los senadores que mi gestión es la que conoce el país: una Junta Electoral que cuando asumí la presidencia de la Cámara Administrativa tenía un 98% de actividades que se realizaban de manera manual, desordenada, desorganizada”, refirió.
Añadió que entonces en la JCE no había seguridad jurídica sobre los documentos de los ciudadanos, además de procesos electorales traumáticos, que no habían sido correctamente gerenciados.
Manifestó que explicó a la comisión los avances de la JCE y los frutos que ya el pueblo ha cosechado.
Rosario expresó que quienes creen lo contrario ejercen un derecho constitucional y legal al que también les asiste a quienes entienden que él debe seguir presidiendo la JCE.
“Esa es la democracia: unos creen que sí, otros creen que no, pero yo creo que hay más personas que valoran lo positivo que se ha hecho y, en adición a eso, estoy ejerciendo un derecho”, señaló el presidente de la JCE.
Ignominia y retaliación. El doctor Rosario afirmó que el retiro de su visa norteamericana no es más que “una ignominia y retaliación que se le revertirá”, aunque no entró en mayores detalles sobre esa calificación, pese a la insistencia de periodistas sobre el particular.
“No es agradable el retiro del visado, pero se produce, y yo creo que es una lección para el país, porque, contrario a como se ha dicho, yo no he reclamado la visa personal”, dijo.
Señaló que cuando a un funcionario público se le quita una visa, el responsable debe explicar la razón, “y eso se hizo con la expresa intención de especular y dañar reputaciones”.
“Yo pienso que esa visa se quitó para ejercer el derecho a veto que creen algunas personas que tienen, que creen algunos representantes diplomáticos en el país, que se creen en el derecho de decidir quien debe ser o no funcionario público”, dijo Rosario.
El reto. “Si alguien tiene algo en contra de Roberto Rosario que demuestre que ha manejado mal, que se ha beneficiado de la función pública, Dios le ha dado la oportunidad de venir a este Senado y presentar o demostrar en qué yo he actuado mal, y me dará la oportunidad a mí de defenderme”, expresó el presidente de la JCE.
“Y puedo decirles a ustedes, a mi familia y a todas aquellas personas que se han identificado conmigo que nunca tendrán ninguna razón de qué arrepentirse de mi actuación”, añadió Rosario.