Brasil- El gobierno brasileño presentó el jueves un recurso de amparo contra el juicio de destitución de la presidenta Dilma Rousseff y advirtió que está dispuesto a librar una verdadera batalla judicial para frenarlo, alegando «violaciones» al derecho de la defensa.
El pedido fue presentado ante el Supremo Tribunal Federal (STF) la víspera del inicio de los debates en el pleno de la Cámara de Diputados que tiene previsto votar el domingo una moción para remover a Rousseff por presunta manipulación de las cuentas públicas.
Una eventual admisión de la medida promovida por la AGU, que será analizada esta misma tarde por la corte suprema en una sesión especial dedicada a los cuestionamientos jurídicos contra el impeachment, podría llevar a suspender los debates.
El gobierno perdió en los últimos días a aliados de importancia y las encuestas indican una tendencia al aumento de los partidarios de la destitución, que se acercaban a los 342 votos necesarios (dos tercios de un total de 513 diputados) para aprobar la moción.
Si el Senado ratificara luego esa decisión, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), sería reemplazada por su vicepresidente, Michel Temer, del centrista PMDB. Y en caso de que la cámara alta la declare formalmente culpable en un lapso máximo de 180 días, Temer completaría el mandato hasta fines de 2018.
El gobierno ve en los procedimientos legislativos «vicios que violan los principios del debido proceso legal (…) y de una amplia defensa», indicó la Abogacía General de la Unión (AGU, defensoría del Estado, con rango ministerial), en un comunicado.
«El proceso violó el derecho de defensa de la presidenta Dilma Rousseff», insiste. El abogado general, José Eduardo Cardozo, advirtió que el recurso no excluye la presentación de otras medidas similares, tanto de la AGU como de legisladores de la coalición del gobierno.
Este recurso «no quiere decir que no vayamos a presentar otras acciones» legales, dijo Cardozo en una conferencia de prensa en Brasilia.
Los partidarios de ambos bandos convocaron a movilizaciones masivas el fin de semana en la capital, donde las fuerzas de seguridad tendieron un vallado a lo largo de la explanada de los ministerios para evitar incidentes frente al Congreso, y las principales ciudades del país.
«Voté por el PT, les creía, pero ya no se puede seguir apoyándolos», dijo Elton Pereira, de 37 años, mientras sacaba fotografías del «muro», como fue apodado el cerco que dividirá a los manifestantes de ambos lados.
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La oposición critica el recurso. Rousseff niega haber cometido delitos que justifiquen su destitución, y denuncia una tentativa de «golpe de Estado», orquestada por Temer y por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.
«Los he llamado jefe y subjefe del golpe. Sólo que no sé quién es el jefe y quién el subjefe (…). Son socios», dijo la presidenta en una entrevista reciente con medios brasileños. Según la AGU, Rousseff enfrenta «un verdadero proceso kafkiano, en el cual el acusado no consigue saber, con exactitud, de qué se lo está acusando, ni tampoco el porqué».
El autor del informe parlamentario que recomienda la destitución de Rousseff, Jovair Arantes, criticó la iniciativa del titular de la AGU. «Cardozo, como ciudadano, puede» presentar ese recurso, pero si se trata de una iniciativa de la AGU, sería «muy triste, porque los abogados de la Unión están para defender a la Unión, para defender al país, y no a una persona», declaró Arantes, citado por la prensa. Los mercados, que apuestan abiertamente por la destitución de Rousseff, acusaban el golpe. Hacia las 17H25 GMT, el índice Bovespa de la Bolsa de Sao paulo caía un 1,17%.