BRASILIA, (AP).-  La presidenta Dilma Rousseff ordenó que todos los programas del gobierno brasileño puedan ser monitoreados por internet, de preferencia en tiempo real, informó el martes la presidencia.

Rousseff dio un plazo hasta mediados de este año para que las dependencias públicas presenten sistemas que permitan acompañar sus acciones, al celebrar la noche del lunes su primera reunión de gabinete de 2012. El encuentro fue cerrado pero la presidencia divulgó los comentarios de la mandataria en un comunicado.

La gobernante, quien asumió el poder hace un año, explicó a sus ministros que se trata de «un proyecto revolucionario, progresista y absolutamente indispensable para la verdadera reforma del Estado».

 Su llamado también coincide con publicaciones de la prensa de que programas públicos lanzados con pompa y ceremonia muchas no salen del papel o comienzan a funcionar pero pierden fuerza y acaban abandonados. Rousseff consideró que, con un control más riguroso y abierto de las acciones públicas, se podrá hacer una gestión de estado más profesional y basada en méritos, según el comunicado de la presidencia.

 La presidenta dijo a los ministros que hay una creciente exigencia de calidad en los servicios por parte de la gente, al aumentar el nivel de ingreso y educación de la población brasileña, y que el gobierno tiene la obligación de responder. El esfuerzo por controlar la gestión pública refleja el estilo personal de Rousseff de gobernar, caracterizado por un elevado nivel de exigencia a sus subordinados. En la reunión de gabinete, el ministro de Hacienda Guido Mantega anticipó que Brasil será uno de los pocos países que crecerán este año más que en 2011.

 Pronosticó una expansión de 4% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2012. Se espera que, cuando se completen los cálculos, el crecimiento del año pasado haya sido de alrededor de 3%. Igualmente, el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, proyectó un mejor desempeño del PIB este año y una menor tasa de inflación, que cerró 2011 en 6,5%, el techo del límite marcado por el gobierno.