Rousseff teme que el retroceso social sea tendencia en América Latina

Rousseff teme que el retroceso social sea tendencia en América Latina

Suspended Brazilian President Dilma Rousseff waves goodbye after her impeachment trial at the Federal Senate in Brasilia, Brazil, Monday, Aug. 29, 2016. Rousseff's scheduled appearance during her impeachment trial is the culmination of a fight going back to late last year, when opponents in Congress presented a measure seeking to remove her from office. Her accusers say she hurt the economy with budget manipulations; she argues she did nothing wrong and is being targeted by corrupt lawmakers. (AP Photo/Eraldo Peres)

Montevideo. La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff dijo hoy en Montevideo que teme que el retroceso social que azota su país tras el “golpe” que la apartó del poder sea una “tendencia continental” que amenaza todas las conquistas de los gobiernos populares.

En el marco de una marcha sindical organizada por la principal gremial de Uruguay, el PIT-CNT, Rouseff afirmó que en los últimos 15 años América Latina vivió un proceso de “aumento de los beneficios de los trabajadores y de las poblaciones más pobres”, a contracorriente de lo que pasaba en los países desarrollados.

Y en su opinión, ese proceso se ve hoy en riesgo “en nombre de un neoliberalismo basado en intereses financieros».   “Hemos visto a los gobiernos populares ser atacados frontalmente de sur a norte de nuestro hemisferio. Y vemos, en Brasil, un intento de retroceder, de retornar al pasado, cuando la inmensa desigualdad, que todavía recae sobre nuestros pueblos, era aún más grande”, remarcó la exmandataria.

Rousseff destacó el papel realizado en los últimos años por los gobiernos de izquierda en América Latina en la reducción de la pobreza y la promoción del acceso a “una educación de calidad” a la salud y a la vivienda propia y apuntó que fueron esas políticas la que, en su caso, la sacaron del poder con un “golpe parlamentario».

El pasado 31 de agosto el Senado brasileño destituyó a Rousseff, una decisión que también confirmó como presidente de Brasil a Michel Temer -vicepresidente en el anterior gabinete-, quien seguirá en el poder hasta el 1 de enero de 2019.   Rousseff fue hallada culpable de alterar los presupuestos mediante tres decretos no autorizados por el Parlamento y de contratar créditos a favor del Gobierno con la banca pública, lo cual ha negado durante todo el proceso, que califica de “golpe».

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