RÍO DE JANEIRO. La expresidenta brasileña Dilma Rousseff dijo el viernes que la sentencia dictada contra su mentor y predecesor Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción tiene como fin impedir que él se postule a los comicios del año próximo.
En una entrevista con The Associated Press en Río de Janeiro, Rousseff dijo que ningún candidato aliado con el presidente Michel Temer cuenta con los votos para superar a Lula.
“Las elecciones de 2018 son un enigma. Ellos no cuentan con un candidato para competir con Lula”, afirmó Rousseff. “No es posible saber cuál será el resultado, pero ellos saben que la gente noto progreso cuando él estuvo en el puesto. Quieren impedir que Lula sea elegido”.
Rousseff fue destituida el año pasado por manipular el presupuesto fiscal, y Temer la reemplazó. Lula fue declarado culpable de corrupción el jueves y sentenciado a casi 10 años de cárcel, aunque continúa libre mientras se procesa su apelación.
“Esta sentencia no saca al presidente Lula de la competencia”, señaló Rousseff en la entrevista. “Es un intento de construir un camino para dejarlo fuera. Lo que está en juego hoy son los comicios del 2018”.
Si un grupo de magistrados refrenda la declaración de culpabilidad de Lula, no podrá postularse el año próximo. En un sondeo del instituto Datafolha publicado en junio, el expresidente iba al frente con 30% de apoyo en el que actualmente luce como el escenario más probable, el doble de respaldo que su rival más cercano.
Los comicios generales de Brasil están programados para octubre del año próximo.
La exmandataria señaló que solamente la realización de elecciones directas de inmediato podría aliviar la crisis política de Brasil después de que el fiscal general del país acusó a Temer de corrupción. La cámara baja del Congreso decidirá en agosto si el mandatario debe ser suspendido y sometido a juicio político.
Si Temer es suspendido, Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, asumirá la presidencia interina mientras se realiza el juicio. Si el presidente es posteriormente destituido, el Congreso elegiría un reemplazo, para el que Maia es el favorito. Rousseff cree que eso sólo extendería la crisis política que sacude a Brasil.
“Reemplazar al gobierno con otro pequeño promotor de golpes de Estado que también está inmerso en acusaciones de corrupción, y que también nos conducirá al mismo proceso, no soluciona el estancamiento del país”, advirtió la expresidenta, que considera que su juicio político de hace un año fue en realidad un golpe de Estado. “Unas elecciones directas traerían consigo legitimidad”.