PARÍS, (EFE).- La ex candidata socialista al Elíseo, Ségolène Royal, llamó ayer a sus correligionarios a una labor colectiva de renovación de métodos e ideas y denunció el movimiento perpetuo del presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, que amenaza al país con el inmovilismo».
Arropada por unos mil fieles en una comida campestre en su feudo de Melle, en la región de Poitou-Charentes (oeste de Francia) que preside, Royal se presentó como una mujer nueva y serena que quiere poner al servicio de todos los socialistas lo que ha aprendido.
Aunque dijo que no está en competición con nadie y no tiene espíritu de rencor, revancha o amargura, su decisión de volver hoy al primer plano con su propia fiesta de la Rosa, seis días antes de la Universidad de verano del Partido Socialista (PS), muestra que busca retomar la iniciativa y pesar en el complicado proceso de renovación ideológica y de liderazgo de la dividida formación.
Prueba de la crisis que atraviesa el PS encabezado por el ex compañero de Royal, François Hollande, pesos pesados como Laurent Fabius o Dominique Strauss-Kahn no acudirán a la cita anual.
Acusada de personalismo y de actuar al margen del PS durante la campaña electoral, que se saldó con su derrota frente a Sarkozy el pasado 6 de mayo.