PARIS (AP).- La candidata socialista Segolene Royal advirtió de la posibilidad de que haya brotes de violencia si su rival conservador Nicolas Sarkozy gana la presidencia el domingo en la segunda vuelta electoral en Francia.

Con los sondeos finales diciendo que Sarkozy ha aumentado su ventaja, Royal le ha descrito como inestable y demasiado brutal para guiar al país. La socialista hizo notar particularmente los duros comentarios de Sarkozy poco antes de los disturbios del 2005, cuando él era ministro del Interior, y sus batidas contra criminales e inmigrantes ilegales.

«La opción de Nicolas Sarkozy es peligrosa, yo no quiero que Francia se vea orientada hacia un sistema de brutalidad’’, dijo Royal el viernes por la mañana a la radio RTL. Royal, que aspira a convertirse en la primera mujer presidente en Francia, dijo que sentía una «responsabilidad de lanzar un alerta sobre los riesgos de esa candidatura y la violencia y brutalidad que van desatarse en el país. Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo dice. Es como un tabú’’. La campaña de Sarkozy, en tanto, dice que las ideas de Royal no son claras y que ella carece de experiencia suficiente.

Tres encuestas publicadas el viernes dijeron que Sarkozy fortaleció la ventaja de que ha gozado durante meses, dándole un margen de entre 6 y 9%. las cifras para Sarkozy indican que éste emergió ganador en el debate televisivo del miércoles, su único encuentro cara a cara en la campaña. Sarkozy y Royal ofrecen a los votantes soluciones radicalmente diferentes para la letárgica economía francesa, la declinación del papel internacional del país y las tensiones acumuladas en los complejos de viviendas públicas mayormente habitados por inmigrantes y sus descendientes.

Sigue de favorito

PARIS (AFP).- El candidato conservador Nicolas Sarkozy aumentó todavía más su ventaja con respecto a la socialista Ségolène Royal, según los sondeos divulgados ayer, viernes, al cierre de la campaña en Francia, aunque la aspirante de izquierda intentó hasta el último minuto conquistar votos para proclamarse presidenta el domingo.

Según las últimas encuestas, difundidas minutos antes del cierre de la campaña, Sarkozy conseguiría un 55% de los sufragios, frente al 45% para Royal. Es la primera vez en esta campaña que el candidato de la derecha registra semejante avance, que se debe fundamentalmente a su desempeño en el debate en televisión del miércoles frente a su adversaria socialista.

En la opinión de la mayoría de los franceses, Sarkozy se mostró más convincente, claro y preciso que su contrincante, que fue combativa pero también más vaga sobre todo en lo referente a la economía.

Consciente de estas cifras, la candidata socialista declaró durante la jornada que su contrincante es un “riesgo” para el país y denunció las mentiras publicadas por estas encuestas de intenciones de voto.

   “Hagamos que los sondeos mientan y sean publicados después por medios de comunicación amigos del poder”, criticó la candidata.

   Según Royal, si Sarkozy es elegido el domingo “hará lo mismo que ha hecho en los últimos cinco años (en el gobierno), pero todavía peor”.

   “Es un candidato que adula lo más tenebroso de la naturaleza humana y no deja de avivar todos los miedos”, advirtió.

   Royal terminó su campaña en Brest, al oeste de Francia, donde prometió ser una presidenta que “se ocupará como es debido” de los ciudadanos.

     “Atreveos a elegir a una mujer presidenta de la República. Lo digo sin rodeos como lo dijo la mandataria chilena Michele Bachelet: ‘El tiempo de las mujeres llegó y sé que los hombres están de acuerdo conmigo’”, declaró.

   Confiado en su victoria, el candidato de la derecha pasó su último día de campaña en la región de los Alpes y atribuyó las declaraciones de Royal a los resultados negativos de las encuestas.

   “Deben ser los sondeos. Tal vez siente que todo se derrumba a su alrededor y por eso está tensa”, replicó, acusando a Royal de tener un discurso “algo violento” y “febril”, calificativos que se le han achacado a él en los últimos meses.

   Además, Sarkozy quiso, por última vez antes de acudir a las urnas, tender su mano a los electores de centro.